Londres, Inglaterra.
—Buenos días—entro al departamento y de inmediato escucho las patas de Zeus mientras corre por el segundo piso
Marie se acerca mientras entro a la sala y le doy una pequeña sonrisa
—El Coronel la espera para desayunar—me informa y levanto las cejas antes de agacharme a acariciar al perro que de inmediato busca de mi
—Hola bonito—acaricio su cabeza antes de levantarme y encaminarme al comedor con el perro siguiendo cada paso—. Buenos días...
Christopher se encuentra sentado a la mesa mientras teclea en su tablet y de inmediato levanta los ojos de ella para fijarlos en mi
—Hola—deja la tablet a un lado y respiro profundo antes de acercarme a él e inclinarme a besar su mejilla—. ¿Estás bien?
—Lo estoy—toco su frente sintiendo su temperatura normal—. Veo que tú también.
Miranda pone mi desayuno en la mesa y le agradezco antes de sentarme junto a Christopher
—¿Quieres dejar esa actitud, Kiara?—pide y frunzo el ceño—. Escucha, puedes actuar así toda la vida, mi posición será la misma y ni siquiera tus encantadores ojos van a lograr que cambie de opinión.
—¿Encantadores ojos?—sonrío con burla antes de inclinarme y dejar un casto beso en sus labios—. Sé que no vas a cambiar de opinión, pero sigo enojada.
—Sé que no necesitas mi protección, Malika—tira de mi silla haciéndome chillar por la sorpresa mientras me acerca a su lado y pone su brazo en el espaldar de la silla antes de besar mi sien—. Sé que no, pero voy a hacerlo siempre, hasta que me muera, ¿Lo entiendes?
Suspiro
—Lo entiendo, eres terco—beso su mejilla y tira de mi a su regazo antes de tomar el tenedor y llevar un bocado de huevos revueltos a mi boca—. Y un consentidor.
—Lo sé—besa mi cuello mientras su mano se cuela dentro de mi pantalón haciéndome jadear cuando roza mi clítoris—. Y te he extrañado—otro beso—mucho.
—Oh, mierda—un gemido se me escapa cuando sus dedos se mueven más rápido—. No pares.
—¿No prefieres que te lleve a la habitación?—propone y asiento
***
Caigo acostada a su lado y respiro profundo intentando recuperar mi respiración luego de mi inminente orgasmo.
—Hoy Reece y Regina llegan a Londres—me suelta y levanto las cejas—. Alex hará una cena en la mansión, si quieres ir a verlos podemos...
—Por supuesto que quiero—lo interrumpo—. Hace mucho que no veo a Reece, lo extraño.
—Lo extrañas—bufa y asiento riendo antes de recostar mi cabeza en su pecho—¿Me explicas ti fascinación por mi tío?
—Es encantador, y siempre me trató como su sobrina—me encojo de hombros besando su pecho—. ¿Celoso, Morgan?
—No, te conozco lo suficiente para saber que tus ojos no se apartan de mi—contesta con egocentrismo y abro la boca sorprendida antes de golpear su pecho haciéndolo reír
—Oh, bien, supongo que no hay problema por mis dos escoltas nuevos—enarco una ceja y su diversión desaparece
—¿De qué hablas?
—El jefe me asignó dos escoltas ahora que estamos bajo el ojo público—me encojo de hombros—. Dos soldados de división Alpha de Washington estarán conmigo, igual que Mohamed y Evan.
—Ya—asiente con frialdad y muerdo mi labio con diversión—¿Y qué tal?
—¿Qué tal qué?
—¿Te agradan?—pregunta
—Por supuesto, son muy guapos y...—rodea mi cuello con su mano y nos da la vuelta haciéndome quedar debajo de él mientras sus labios se mueven con fiereza y posesividad sobre los míos haciéndome gemir
Rodeo su cadera con mis piernas y su polla se desliza dentro de mi de nuevo haciéndome jadear mientras siento como me llena por completo
—¿Y qué más?—gruñe empezando a embestir con fuerza y las palabras mueren en mi boca cuando el placer me recorre—¿Qué. Más?
—Y nada comparado a mi prometido—rodeo su cuello con mis brazos y él apoya su frente en la mía mientras sigue penetrándome y gemidos se me escapan—. Mi prometido que me ama, y que folla como un dios... mierda—clavo mis uñas en su piel cuando empuja profundo
—Eso es cariño, y vas a mostrarles ese hermoso anillo que llevad en tu dedo—ordena moviéndose de tal forma que toca mi punto G—. Vas a hacerlo, ¿cierto?
—Si, si—asiento moviéndome a compás de su ritmo sintiendo mi cuerpo temblar—. Mierda, te amo.
—Necesito que me ames más—pasa sus brazos debajo de mi cuerpo y grito sintiendo que me desvanezco cuando me mueve como si fuera una muñeca llegando hasta lo más profundo de mi mientras las lágrimas resbalan por mis mejillas
—Eso es imposible—mi voz sale ahogada cuando un sollozo se me escapa—. Más, más...—suplico y gruñe
Empuja y embiste con fuerza, haciendo arder mi piel con cada choque de nuestros cuerpos y disfruto cada movimiento suyo mientras repite "mia" como si intentara grabarlo en algún lugar.
Mi cuerpo tiembla con cada embestida y gimo su nombre mientras me retuerzo sin saber si quiero que pare o que lo haga más fuerte.
Amo a Christopher y amo su faceta animal tanto como amo su faceta de coronel o de novio/prometido, pero joder, tengo que admitir que folla como un dios cuando está celoso.
Es como si concentrara toda su furia en mi placer, y se siente increíblemente bien.
—Oh, espera, espera—me retuerzo cuando toma uno de mis pechos en su boca succionando con fuerza—. Mierda, amor, es demasiado...
—¿Paro?—pregunta sin dejar de moverse y hago un ruidito de quejido que lo hace reír—. Que masoquista.
—Contigo—me burlo tirando de su cabello para unir nuestros labios permitiendo que su lengua acaricie la mía envolviéndome en una espesa neblina que no me permite pensar
Siento mi cuerpo sacudirse y mi nivel de placer aumenta mientras las lágrimas empiezan a correr por mis mejillas.
Mi squirt se desencadena y tiro del cabello de Christopher sintiendo que puedo tocar el cielo en cualquier momento mientras él deja besos por mi cuello
Pronto se derrama dentro de mi y cierro los ojos sintiendo el líquido caliente llenarme causando un gemido.
—¿Me amas?—pregunta y le doy una pequeña sonrisa sin abrir los ojos
—Mi amor por ti no cabe en mi corazón, Christopher—acaricio su mejilla—. No me pidas que te ame más porque eso no es posible. Te amo lo suficiente para dar mi vida por la tuya.
—Nunca hagas eso, ¿me oyes?—abro los ojos ante sus palabras—. No lo hagas.
—Lo veremos—me encojo de hombros—. ¿Me llevas al baño? Quiero ducharme y dormir, por favor.
—Te mimo demasiado—suspira antes de deslizarse fuera de mí haciéndome jadear antes de cargarme y encaminarse al baño—. Eres mi mujer mimada ¿lo sabes?
Técnicamente lo soy. No hay cosa que pida y que Christopher no me cumpla. Él me ha mimado durante años, igual que lo han hecho mis padres, y no me avergüenzo de ello.
—Tendrás que mimarme toda la vida, Morgan—me encojo de hombros—. Te amo—dejo un casto beso en sus labios
—Nunca dije que eso fuera un problema.
ESTÁS LEYENDO
Destined
Fiksi PenggemarElla es como un dios, todos se inclinan ante ella para venerarla. Él es una bestia, todos se inclinan para pedir clemencia Ambos hechos para poner el mundo a sus pies; destinados a estar juntos sin importar las piedras en el camino.