Singapur.
—La vista es hermosa—miro por las puertas de cristal que dan al balcón y Christopher asiente
Su destino para nuestra luna de miel fue Singapur. Es un lugar sin duda hermoso, y al ser costero, está lleno de muchas actividades que a ambos nos encantan.
—Es el primer lugar—besa mi hombro haciéndome sonreír mientras sus manos comienzan a bajar el cierre de mi vestido blanco, el vestido que reemplazó a mi vestido de bodas para permitirme estar cómoda en el avión
—¿Primer lugar?—me doy la vuelta, dejando caer mi vestido para permitirle apreciar la lencería de encaje rojo que lo hace maldecir—. ¿A dónde más iremos?
—Ya lo verás—sus manos van a mi cintura para recorrer la curva de esta, subiendo hasta llegar a mi sujetador de encaje—. Te ves como una puta diosa, Malika.
—Mmm, que halagador—empiezo a desabrochar su camisa—. Me gustaría igualdad de condiciones, esposo—pido y él simplemente tira de la tela de la camisa haciendo volar los botones
Río por su desesperación, pero lo veo quitarse los pantalones y quedar solo en ropa interior antes de que rodee mi cintura con sus brazos y una nuestros labios.
Gimo, derritiéndome en sus brazos al sentir las suaves caricias de su lengua contra la mía, reclamándome sin apuro o rudeza, con suavidad por primera vez en mucho tiempo.
Empiezo a desabrochar su pantalón y él se separa de mi un momento para sacarlo de su cuerpo, quedando solo en bóxers antes de tomarme de nuevo en sus brazos.
Dejo que me empuje hacia la cama, dejándome caer sobre las almohadas mientras él se cierne sobre mi, llevando sus labios a mis pechos, besando la piel expuesta por el sujetador mientras sus dedos juegan con el borde de mis bragas.
Abro mis piernas para permitirle colocarse entre ellas y jadeo cuando baja la copa del sujetador, tomando mi pezón en su boca y succionando suavemente antes de tirar con sus dientes haciéndome estremecer.
Hace lo mismo con mi otro pecho, haciéndome retorcer por las corrientes de placer que su lengua me causa, arrancándome gemidos extasiados ante solo sus labios en mis pechos.
Lleva sus manos detrás de mi espalda y rápidamente desabrocha el sujetador, sacándolo de mi cuerpo y tomando mis pechos entre sus manos para magrearlos con fuerza, haciéndome gemir.
—Hermosa—se inclina y deja un casto beso en mis labios
Sus besos bajan por mi cuello entre el valle de mis pechos y abdomen hasta llegar a mi vientre, dónde lo miro con suma atención y haciéndolo sonreír sobre mi piel.
Tira de mis bragas fuera de mi cuerpo, dándose el tiempo de besar el interior de mis muslos, haciendo que mi respiración se acelere a medida que se acerca al lugar que me exige alivio a tanta necesidad
Muerde la piel del interior de mi muslo, haciéndome jadear antes de que separe mis pliegues y pase su lengua por estos, haciéndome gemir encantada por la sensación de placer que eso envía por todo mi cuerpo
Sus ojos se fijan en los míos, no los aparta mientras su lengua empieza a trazar círculos sobre mi clítoris, haciéndome gemir y jadear su nombre, disfrutando de sus lamidas que van desde mi clítoris alternando en mi entrada, llevándome a un delicioso punto de placer muy alto
Llevo una de mis manos a su cabello, tirando de él cuando lo siento succionar sobre mi clítoris con suavidad, llenándome de placer antes de comenzar a mover su lengua rápido, de arriba hacia abajo tocando el punto que me vuelve loca y me hace gemir ruidosamente.
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Destined
Fiksi PenggemarElla es como un dios, todos se inclinan ante ella para venerarla. Él es una bestia, todos se inclinan para pedir clemencia Ambos hechos para poner el mundo a sus pies; destinados a estar juntos sin importar las piedras en el camino.