31. Chato

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31. Chato


Lara


Me he despertado con un mensaje de Ilay que me ha puesto de buen humor en que decía que la cama se le ha hecho grande y me invitaba a hacerle compañía. Aún me cuesta creer que esto sea real, quiero decir, ¡joder, es Ilay!. Anoche estuve pensando en todo lo que ha ocurrido este fin de semana, y es surrealista. He dado mi puto primer beso con el primer chico del que me pillé, el cual está buenísimo y encima quiere follar conmigo.

Todo sería perfecto si él buscase una relación, matrimonio, una casa junta con Taro y algunos perritos más... Pero no me quejo con lo que me ofrece. Está muy por encima de mis posibilidades.

Le he mandado un mensaje nada más despertar diciéndole que yo he dormido con Taro. No mentía, parece que mi perro me echó de menos y por fin se ha puesto cariñoso; hacía años que no dormía conmigo. Ahora tengo que cambiar las sábanas porque están llenas de pelos. Me he levantado feliz y llena de energía, estaba tan cansada que he dormido del tirón y he madrugado; aún no son ni las diez de la mañana.

Tras responderle al vecino, cambio las sábanas y dejo las sucias hechas un pequeño montón para echarlas a lavar en un rato.

Ahora mismo estoy inspirada y feliz, así que me dejo caer en la silla después de asomarme al balcón y suspirar al no ver al vecino y abro mi libreta por una hoja en blanco al principio. No olvido ponerme las gafas, ojalá no habérmelas olvidado porque hubiese sido genial vivir este fin de semana en HD.

Dejo fluir todo lo que viene a mi mente. No sabría cómo describir mi proceso creativo, simplemente vienen frases sueltas a las que les doy un orden. Tomo todo lo que viene y lo acompaño para hacerlo sonar bien. Pienso en algo y llega todo solo, es cuestión de darle el toque poético.

Nuestros labios ardieron cuando se encontraron frente al fuego.

Y este fin de semana han pasado demasiadas cosas, así que lo que escribo es bastante lioso, pero confío en el proceso.

Por primera vez escribo algo bonito y que es solo mío, que es mi historia.

Escribo mientras la inspiración fluye, hasta que miro el móvil ansiosa y mi concentración se va al traste. Muerdo el lápiz mientras miro su chat esperando algún mensaje, pero Ilay no responde y eso me frustra.

Paso un rato con el móvil, mi mente vuela a otro sitio y ya no soy capaz de enfocarme de nuevo en escribir.

Por pensar en el vecino me había olvidado de la notificación que anoche me descompuso por completo.

Ayer cuando puse la música en el coche vi que tenía un mensaje de Jordi. Se ha creado una cuenta nueva porque le tengo bloqueado, al final le bloqueé incluso las llamadas.

En el mensaje decía que quiere hablar conmigo y solucionar lo que pasó.

Joder, no hay solución para eso y ahora lo veo.

Tengo a Ilay y ya no quiero la atención que me daba Jordi porque no era algo bueno, aunque sé que esto no va a durar demasiado.

No le respondí y no tengo intención de hacerlo. En algún momento conocerá a otra y se olvidará de mí, ¿no?

Una vez que empiezas a ghostear, ya solo queda tirar para adelante como los de alicante.

Mi móvil suena y yo lo tomo apurada con la esperanza de que sea Ilay y, aunque no es él, me ilusiono de igual al ver que se trata de Iker mandándome algunas fotos de este finde. Hay fotos en las que salimos Ilay y yo demasiado acaramelados, no me di cuenta de cuándo las tomó.

Letras para él [✔️] |Canciones de verano 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora