18-.Sin palabras...

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                                    PENNY

Se pasea entre la animada multitud con mi cuerpo colgado en su hombro como si tuviera todo el derecho a hacerlo. Como si fuera el dueño del lugar. Como si fuera mi dueño.

Estoy rezando para que nadie se fije en nosotros. Sí, nadie se fijará en un tío bueno y sin camiseta que lleva un peso muerto al hombro. Sí, estoy segura de que eso es exactamente lo que está pasando ahora mismo.

Por eso la conversación se detiene y la multitud se separa para que pase.

Bueno, está bien, tal vez somos difíciles de pasar por alto. Ahora estoy rezando febrilmente para que estén demasiado borrachos para recordar haber visto esto
mañana.

Estoy maldiciendo y llamándolo con todos los nombres bajo el sol que se me ocurren en mi cabeza.

Cuando llegamos al coche, me deposita suavemente en el asiento del copiloto. Su movimiento contrasta totalmente con la rabia que aún percibo en él.

Entra en el lado del conductor y ambos nos sentamos en silencio mirando por la
ventana. Parece que se esfuerza por contener su furia.

Está cerrando las manos en puños con tanta fuerza que sus nudillos se están poniendo blancos. Yo estoy esperando a que diga algo para poder gritar... Todo depende de lo que diga primero.

-¿Disfrutaste? -pregunta finalmente en voz baja tras un largo silencio.
¡Disfrutaste lo que hacías con él?

Suena tranquilo. De alguna manera se las arregla para que la calma suene amenazante. Es una fuerza apenas contenida de furia furiosa. Puedo sentir que irradia de él.

Debería ser una advertencia, pero ¿desde cuándo hago caso a las advertencias?
-¡Oh, fue increíble! Me ha encantado.
Disfruté cada minuto --respondo desafiante. Mentiroso, mentiroso cara de oso.

-Oh, ¿en serio? - su voz sale entre dientes apretados. Su cuerpo está quieto.
De forma inquietante.

Tal vez debería buscar la manera de salir de esta situación. Está claro que está muy enfadado. No, tacha eso, está extremadamente y terroríficamente furioso.

Bueno, yo también estoy enfadada.
No tiene derecho a irrumpir así. No tiene derecho a enfadarse. No somos nada el uno para el otro. Desde anoche, ya ni siquiera somos amigos.

Una parte sensata de mi cerebro intenta recordarme que estoy hablando con un licántropo furioso y posesivo. Esa parte sensata de mi cerebro es, por desgracia, muy pequeña, y me niego a retroceder.

No voy a retroceder sólo porque él es un licántropo y mucho más fuerte que yo... Y puede aplastar mi cráneo de un solo golpe.

Bueno, vale, dicho así, da un poco de miedo.
Si fuera inteligente, habría mantenido la boca cerrada, pero nunca he pretendido serlo.

Entonces, la no tan inteligente Penny dice:

-Sí, de verdad. De hecho, creo que voy a volver a entrar ahí para que Jay y yo podamos continuar lo que tan groseramente interrumpiste.

Mi mano vuela hacia el pomo de la puerta.
La cerradura encaja en su sitio.

-¡Cuánto has disfrutado? -sisea. Su voz es profunda, gutural y muy amenazante.

No lo disfruté en absoluto. Si soy sincera conmigo misma, lo odié. Juno lo odiaba.

Por eso necesito emborracharme antes de dejar que cualquiera de esos tipos me toque.

Huelen mal. No me gusta ninguno. No son él.
El tacto de todos los demás tipos es insípido comparado con el suyo, y algunos son francamente repugnantes. Todos los demás tipos palidecen en comparación con él.

Resistiendo a DariusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora