48-.¿No lo estamos pasando bien?....

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PENNY

Trato de actuar como si estuviera prestando atención a Phillipe, el primo tercero de Caspian, o algo así, mientras nos movemos por la pista de baile.

Antes me invitó a bailar y acepté de mala gana.

Aparentemente, Phillipe es el duodécimo en la línea de sucesión al trono.

Evidentemente, no sabe cuándo dejar de hablar. Qué gran pérdida para mis compañeras de todo el mundo que un hombre tan guapo sea tan aburrido.

Bueno... Vale, no es una mala persona, sólo el hombre más ensimismado que he conocido. No sé si alguna de las historias que me ha contado hasta ahora tiene algún sentido, aparte de lo genial que se cree.

Es como escuchar un chiste malo sin remate. Me vuelve loca. Dejo de escuchar después de menos de un minuto. Si sigo escuchando, podría «accidentalmente» darle una patada en los huevos.

Me froto furiosamente el pecho, diciéndole a mi compañero que estoy pensando en él y esperando en vano que venga a salvarme de este destino. Creo que tengo esa mirada vidriosa en los ojos.

La imagen de mi propia lápida flota en mi cabeza. Grabado claramente para que todos lo vean en dicha lápida: «Aquí yace Penny.
Causa de la muerte: aburrimiento».

Sospecho que Caspian debe haber sabido lo aburrido que es su primo porque
prácticamente me empujó a la pista de baile con Phillipe y me dijo que «me divirtiera».
Debe estar riéndose de mí ahora mismo.

Ese pensamiento me cabrea lo suficiente como para empezar a imaginar diferentes formas de torturar al molesto príncipe Caspian... Justo después de este baile.

Casi tropiezo con mis propios pies cuando
Phillipe dice de repente: Supongo que muy pronto serás la reina, ¿eh?

»Mi madre solía decir que yo podría ser un gran rey. Decía que tengo mucho que decir
-explica.

»¡Oh, mira la luna llena! Creo que es hora de devolverte al lado del Príncipe Caspian.
¿Sabías que la diosa de la luna...

Vuelvo a excluirlo cuando veo que el techo en forma de cúpula sobre la plataforma donde están los tronos se abre al cielo nocturno, revelando la luna llena.

El rey Alexandros se levanta y algunos de sus ministros dan un paso adelante.

Me doy cuenta de que Phillipe aún no ha terminado de hablar. A este hombre le encanta el sonido de su propia voz. Asiento con la cabeza como si estuviera escuchando
mientras estiro el cuello en busca de Darius, Caspian y el resto de mis compañeros de manada.

Unos chasquidos, muy parecidos al sonido de los petardos, estallan por encima del sonido de la música, las conversaciones y las risas que me rodean. Miro a mi alrededor buscando el origen, esperando ver fuegos artificiales.

Oigo que alguien grita y la gente empieza a empujar y a correr a nuestro alrededor. Nos empujan y empujan, y Phillipe me agarra por los hombros con fuerza y no me suelta.

Intento abrirme paso hacia el frente, donde está la realeza. Veo a los guardias reales formando un muro de protección alrededor de la realeza. Mi corazón empieza a martillear en mi pecho.

¿Qué está pasando?

Mi cerebro es lento en hacer la conexión, pero creo que esos sonidos no fueron fuegos artificiales sino disparos.

-No creo que sean fuegos artificiales, Phillipe -le digo-. Creo que estamos bajo ataque.
Sus oios color avellana están ahora muy abiertos por el miedo.

Resistiendo a DariusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora