Resistiendo a Darius

9-.Uno con mas plumas...

                                    PENNY
No vuelvo a ver a Darius y Eva el domingo después de que se fueran tras el desayuno.

Paso la mayor parte del domingo entrenando con los hombres, haciendo tareas, y más tarde leyendo junto a la piscina.

Sigo sin verlos cuando todos nos vamos a la cama más tarde esa noche.
No es que me importe.

                                      ***

Algo está haciendo ruido en la habitación de al lado... O más bien alguien está haciendo ruido.

Es lo suficientemente fuerte como para despertarme. Me recuesto en mi cómoda cama, parpadeando con sueño.

Ahora deja de sonar y está tranquilo. Tal vez sólo estaba soñando.

Estoy a punto de volver a caer en el dulce, dulce olvido cuando lo oigo de nuevo. Oh, Dios... ¿Qué es ese sonido? Viene de la habitación de Darius al lado de la mía.

Se me ocurre un pensamiento repentino.

¿Tiene a alguien ahí? A menos que haya traído alguna otra hembra licántropa a casa, la única hembra posible con la que puede estar es con Eva.

Han pasado mucho tiempo juntos. No debería sorprenderme.

Los celos me arden en el pecho. Aprieto los dientes y aprieto el puño con fuerza. ¡No!
No. No voy a sentir celos. Él no es mío.
Puede hacer lo que quiera.

¡Arghhh! Me tapo la cara con una almohada. Todavía puedo oír el ruido.

¡Maldito sea! Golpeo la almohada con rabia, deseando que sea su cara. Lo siguiente que sé es que las plumas blancas y suaves de plumón vuelan por todas partes.

¡Qué demonios!

Genial. Simplemente genial, Penny.
¡Rompiste la maldita almohada!

Soplo las diminutas y suaves plumas mientras intentan posarse en mi nariz y meterse en mi boca. Tengo que sentarme cuando empiezo a toser las plumas. Oh, Dios... Tengo plumas en el pelo y en la garganta.

El ruido de la puerta de al lado se detiene, y tengo plumas por todas partes. Me siento como una maldita gallina.

Estoy tan cabreada que podría hacer un berrinche ahora mismo.

                                      ***

Estoy de muy mal humor esta mañana.
Creo que voy a tener el ceño fruncido permanentemente.

Devuelvo los buenos días a todos, excepto a Darius. Tomo mi desayuno rápidamente sin dedicarle ni una sola mirada.

Intenta hablar conmigo, pero yo hago como si no estuviera. Le ignoro totalmente esta
mañana.

Todos me miran raro, pero no dicen nada.
Incluso Caspian se guarda su opinión para sí mismo.

Hago como si no me diera cuenta de la mirada de diversión y esa sonrisita de suficiencia que se dibuja en la cara de Caspian cada vez que me mira.

Esta mañana estoy más cabreada que nunca con el por haberle dado a Darius la habitación contigua a la mía. Tengo ganas de sacarle los oios con la cuchara con la que me estoy comiendo el yogur.

Estúpido príncipe licántropo.
Por desgracia, sigo teniendo que sentarme frente a Darius en la mesa del desayuno.
Desvío la cara hacia un lado para no tener que sentarme frente a él.