54-.El sol y la vitamina D...

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PENNY

                   UNA SEMANA DESPUÉS

El primer día de vuelta en la soleada
California, y ahora mismo estoy tumbada en una de las tumbonas junto a la piscina.

Darius es oficialmente parte del equipo de seguridad de Lazarus que supervisa la seguridad del Príncipe Caspian y nuestra manada. Seguirá trabajando estrechamente con el Ejército Real, pero su primera prioridad seremos nosotros.

No tengo ningún problema con eso.
Ninguno.

Caspian desapareció a Dios sabe dónde tan pronto como aterrizamos. Constantine y Genesis están en la cama, superando el jet lag... Bueno, puede que estén teniendo una sesión de pintura por lo que sé.

Lazarus y Serena estaban en la piscina con nosotros al principio, pero ahora también han desaparecido.

El cielo es azul claro y el sol brilla con fuerza. La vida es hermosa.

Giro la cabeza y miro subrepticiamente la tumbona de al lado. Mi compañero está tumbado en calzoncillos.

Unas gafas de sol le cubren los ojos y su pelo rubio brilla bajo el sol. Me pregunto si
estará dormido.

Dejo que mis ojos se desvíen hacia la curva perfecta de sus mejillas, su nariz y sus labios firmes y tallados. Su fuerte mandíbula y su mentón parecen relajados.
Su cuerpo es la perfección cincelada... Y sexy.

Es tan guapo, que a veces me duele el corazón con sólo mirarlo. Como ahora. No puedo creer que sea mío.

Mis ojos hacen su recorrido hacia abajo, luego hacia arriba, desde la profunda V que desaparece bajo sus pantalones cortos hasta sus recortados abdominales, su amplio pecho y todo el camino hasta su cara.

Mi mirada llega a tiempo de ver cómo las comisuras de sus labios se curvan lenta y
ligeramente en una pequeña sonrisa de suficiencia. Ughh... Está despierto.

-No me mires así a menos que quieras que te lleve arriba y te haga gritar mi nombre, Malyshka. -su voz sale con un acento perezoso y travieso.

Me encanta cuando me habla sucio, pero me molesta su sonrisa autocomplaciente.
Solo él sabe cómo hacerme ver las estrellas.

Toca mi cuerpo como un instrumento bien afinado hecho sólo para él, y se enorgullece de ello.

Hmph... Vuelvo la cara.

-Lo que sea -murmuro en voz baja.

-¿Qué ha sido eso, cariño? Hace muy poco que ha añadido la palabra «cariño» a la lista de nombres que me llama.

Todavía me llama Persephone de vez en cuando cuando no está muy contento con las cosas que hago o digo.

-Nada, mi vida -respondo, mostrándole una gran sonrisa, llena de dulzura azucarada.

-Oh, me pareció oírte decir «lo que sea» por un segundo dice, sonando como si estuviera al borde de la risa. Sus labios se curvan aún más sexymente.

-No me atrevería --vuelvo a murmurar.

Nos peleamos mucho. Bueno, vale... Me enfado mucho. Él cree que soy mona o divertida cuando pierdo los estribos.

Sabe que utilizo la palabra «como sea» cuando estoy realmente exasperada o cuando estoy perdiendo una discusión.
Ahora está usando la palabra contra mí.

Siempre que digo «lo que sea», me lleva a la cama para hacer «lo que sea». Parece que a veces tiene demasiadas ganas de que use la palabra... No es que me queje.

Resistiendo a DariusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora