47-.Encantador como una serpiente...

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PENNY

No huele como Darius. Su roce no me quema de pasión como lo hace el de Darius.

Es extraño que los dos primos se parezcan tanto pero no sienta la atracción hacia Emilius que siento por Darius. A mis ojos, nadie es tan atractivo ni tan cautivador como mi compañero.

Amilius se aparta, y yo desvío la mirada de los ojos de mi furioso compañero para mirar los marrones oscuros de su primo.
Hay motas doradas justo en el centro de esos iris marrones.

Esos ojos me resultan familiares, pero no puedo precisarlo. En definitiva, es un hombre muy guapo.

De repente, mi compañero está de pie junto a su primo. Dejamos de bailar y doy un paso atrás, retirando mi mano del agarre de Emilius. Uno al lado del otro puedo ver el parecido y las diferencias.

Parecen dos hermosos dioses nórdicos.
Ambos son rubios. Ambos parecen tan fríos como el bielo mientras se miran como enemigos mortales.

-Amilius-dice Darius. Sus firmes labios se curvan en una apretada sonrisa mientras sus ojos permanecen helados.

-Primo -dice Amilius con rigidez antes de que su rostro se transforme en un parpadeo.

La hostilidad desaparece de repente. Una sonrisa encantadora adorna sus labios. Sus ojos se iluminan con deleite y amabilidad.

-Su Alteza dice sin perder el ritmo, haciendo una pequeña inclinación de cabeza a Caspian. Es entonces cuando noto la presencia de Caspian a mi lado.

»Le estaba diciendo a la princesa
Persephone lo fascinante que es. Es usted un hombre afortunado por tener una compañera tan bella y cautivadora, Alteza -le dice a Caspian.

-Sí, claro que sí -responde Caspian con una sonrisa igualmente encantadora que no llega a sus ojos-. Ahora bien, si los demás hombres supieran mantener las manos quietas.

-Estoy de acuerdo, Alteza -responde
Emelius con suavidad, como si no acabara de ofrecerse como sustituto de su primo para engañar a Caspian hace unos minutos.

»Gracias por el baile, princesa. Desplaza sus ojos hacia mí brevemente con un pequeño atisbo de sonrisa que encierra una especie de promesa antes de retirarse.

No creo que esa mirada y esa sonrisa pasen desapercibidas para mi compañero o para Caspian.

-¿Qué te ha dicho? - exige Caspian con rigidez en cuanto /Emilius se va. Mi compañero parece quedarse sin palabras en su furia. Sus ojos se oscurecen considerablemente mientras sus fosas nasales se agitan.

-ÉL... Él... dice que... Eh, que todo el mundo sabe que no soy tu erasthai - admito.

-¡Algo más? -sisea mi compañero en voz baja pero con fiereza.

Trago saliva mientras me cuesta pensar. No creo que decirle a mi compañero que su primo me ha hecho una proposición sea una buena idea. Seguro que se enfada.

-He dicho, ¿algo más? -me pregunta.
Miro fijamente a los ojos de mi furioso compañero con la mirada perdida. ¿Qué?
Todavía estoy pensando.

»Persephone...-dice con advertencia.

Desplazo mi mirada hacia Caspian, y él me devuelve la mirada esperando también mi respuesta. No es de ninguna ayuda.

Miro mi vestido dorado, alisando mis dedos sobre la tela antes de murmurar: -Él cree que Darius y yo nos sentimos atraídos el uno por el otro. Y si alguien más se diera cuenta...

Mis ojos se abren de par en par y miro fiamente a los dos hombres que tengo delante.

-¿Creéis que la reina Sofía se ha dado cuenta y ya lo sabe? -les susurro con urgencia.

Resistiendo a DariusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora