PENNY
-Entonces, ¿esto fue nuestro sexo de reconciliación? -pregunta Darius.
-No, eso fue sexo furioso. En caso de que no lo hayas notado, hice lo que quise contigo.
-De acuerdo dice lentamente. Una extraña expresión cruza su apuesto rostro
- Eso fue ummm... Guau. Simplemente, guau. Eso nunca me había pasado.Se queda en silencio un rato antes de que sus firmes labios se curven un poco y diga:
-Me siento tan... Utilizado.-No te he oído quejarte hace un rato - respondo, subiendo la sábana hasta el pecho.
En efecto, hice lo que quise. Estaba cabreada. Tomé el control, y él me dejó.
Hice lo que quise hacerle.
Finalmente, lo tomé en mi boca, y antes de que encontrara su alivio, lo inmovilicé y lo monté. Con fuerza. Me sorprende que la cama siga en pie.
Hacer el amor con él es siempre intenso debido al vínculo compartido. Nos dejamos llevar por nuestros sentimientos. Sentir su hambre feroz por mí además de la mía es increíble.
Sin embargo, lo que acabamos de compartir hace un rato fue un poco diferente.
Llegamos a desatar la pasión y la ira.Tumbado en la cama de cuatro postes, llena de encajes y volantes blancos, con montañas de almohadas a sus espaldas, sigue teniendo un aspecto muy masculino.
Parece relajado, con la cabeza apoyada sobre las manos. Los músculos de sus brazos cruzados sobresalen. Sus duros pectorales, sus imponentes abdominales y la profunda V están a la vista.
La fina cadena negra le rodea el cuello, y el medallón se posa sobre su pecho. La sábana de puro algodón egipcio le cubre las caderas, apenas su impresionante longitud.
Oh, no me quejo ahora. Eso fue muy excitante en realidad. Mientras me uses a mí y sólo a mí, me parece bien -responde
-. Por cierto, siéntete libre de usarme cuando quieras.A pesar de su comportamiento relajado, percibo que su ira sigue sangrando a través de nuestra conexión.
Retira las manos de debajo de la cabeza y angula su cuerpo para mirarme aún más, sin importarle en absoluto que la sábana se haya deslizado aún más hacia abajo.
-Tengo que advertirte, sin embargo... No repartas lo que no puedes servir.
-¿Qué se supone que significa eso? pregunto con recelo. No me fío de hacia dónde va esto.
Coloca ambas manos a ambos lados de mí, enjaulándome.
-Eso significa, mi amiguito susurra contra mi clavícula--. Como tú tienes el privilegio de usarme, yo tengo el mismo privilegio. Cuando quiera.
-No lo creo -intento gruñir, pero no me sale como quiero. Suena un poco ronco y sexy. Culpo a su boca en mi cuello-Todavía estoy enfadada.
-Yo también -gruñe mientras me mordisquea la piel.
-¡Por qué estás cabreado? -Lo empujo aunque lo que su boca me está haciendo se siente terriblemente bien.
Se queja como si le hubiera quitado su Juguete. Sus cejas se transforman en un ceño malhumorado.
-¿Por qué crees? -me pregunta-. ¿Por qué estás tú cabreada? Espera, es por esa mujer, ¿no?
¡Sí, su cita! Eso no es una mujer. ¡Es un pulpo! ;En serio!
-¡No, Einstein! Porque hay un elefante de lunares rojos y verdes en medio de esta habitación. Porque ese viejo del pijama rojo brillante me trajo un trozo de carbón en lugar de un poni.
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Resistiendo a Darius
Romance¿Cuánto tiempo puedes resistirte a la voluntad de tu corazón? La respuesta es... hasta que no puedes más y tienes que luchar tu destino. ¿Qué harán Darius y Penny cuando se encuentren en esa situación? ¿Aplacarán sus instintos o lucharán por su amor?