Kaem: Perversión En La Bratva

5° ¿Seremos tú y yo?

Capítulo dedicado a una amiga muy especial que está de cumpleaños. Te quiero Anyela :3

°

Lianys

Dos semanas han pasado desde que me casé con el Boss y nada ha cambiado, excepto, que para la hora de almorzar llega antes de la hora comer conmigo como un "matrimonio normal" , pero vamos, esto no es para nada normal.

Cojo mi móvil y comienzo a ver unos tik toks que me identifican bastante.

Tik tok sabe cosas....

Escucho la puerta de mi habitación abrirse y me sorprendo al encontrarme con Kaem apoyado en el marco con indecisión en su mirada en pasar o no. Nuestras miradas se cruzaron y entendió que podía ingresar sin ningún problema, total, es su propiedad también. Camina lentamente hasta el mueble que tiene la vista hacia el bosque privado de la mansión, se sienta y apoya sus codos en las piernas; cabe destacar, que desde que lo ví los latidos de mi corazón son cada vez más fuerte, siento como la sangre en bombeada por todo mi cuerpo y eso me hace sentir molesta conmigo misma.

— Mañana es tú cumpleaños ¿Lo vas a querer celebrar? — pregunta luego de minutos de silencio.

— Me sorprende que aún recuerdes el día de mi cumpleaños.

Me observa de reojo con una sonrisa ladeada. — Hay cosas que no puedo olvidar.

Esas seis palabras fueron el detonante para que las mariposas de mi estómago empezaran a revolotear como locas. Un fuego nació desde lo más recóndito de mi organismo quemando todo a su paso, produciendo que el estómago me arda y estoy comenzando a pensar que esos síntomas no son nada buenos, no con Kaem Ivanov.

¡Dios mío! me ilusiono muy rápido.

— No me gusta celebrarlo, lo sabes, y este año no será la excepción. — aclaro.

— ¿Estás segura? — interrogó — Podemos...

— Kaem — lo interrumpí —. Agradezco que quieras festejar el día de mi nacimiento, pero para mí es el día en que perdí a mi madre. Su vida por la mía y se me hace una falta de respeto celebrar un día tan doloroso para mi padre.

— Tú no tienes la culpa de lo sucedido, Lianys. Comprendo el dolor de la pérdida y el vacío que siempre tendrás en el corazón pero no puedes sumergirte en el dolor toda la vida... No termines como yo.

Ambos nos quedamos callados al notar que estamos hablando con mucha libertad lo que más nos cuesta expresar.

Se levanta y mete las manos en los bolsillos del pantalón.

— Levántate, quiero mostrarte algo. — demanda — Abrígate que está haciendo frío allá afuera.

— ¿A dónde vamos? — pregunto recelosa.

— Si vienes lo sabrás. — rueda los ojos.

Me coloco un anorak acolchado, unos botines y agarro mi celular. En todo momento el Boss me esperó en la puerta de mi recámara. Juntos bajamos las escaleras donde nuestras manos se rozan a medida que descendemos, la yema de mis dedos ansía tomar la iniciativa de cogerle la mano pero el miedo de ser rechazada me hace echar para atrás a la hora de querer ejecutar.

Sin embargo, es él quien entrelaza su mano con la mía y le da un breve apretón. Bajo la mirada para ver la unión y sin querer una sonrisa se me escapa, cuando dirijo mis ojos a su cara veo mi reflejo en sus ojos oceánicos, es un mar que te adrenta cada vez más hasta que te pierdes en ellos.

Pero como no tiene que ser bonito, mi frente y nariz se arruga cuando veo a Samantha esperando en la puerta principal de la mansión.

¿Acaso ella irá con nosotros? ¡Me cae mal!