10° Pérdida

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Narrador omnisciente

El sol toma toda Moscú pero con una brisa gélida que hace que el clima sea un agridulce para los pobladores. Las calles en un abrir y cerrar de ojos han quedado vacías por la amenaza de que la Bratva está en la calle investigando el paradero del general George Brown. Kaem sabe que él se halla en Rusia porque estos son los métodos favoritos que acostumbra hacer, arremeter contra la vida de alguien importante de objetivo para luego estar jugando al gato y al ratón.

Sin embargo, el Boss no tiene paciencia para estar con juegos, se metieron con su Dama, por ello, no dará descanso hasta conseguirlo.

En cambio el panorama es muy diferente en el Centro Médico Beatrice D'angelo, cuyo nombre da homenaje a la madre de Arabella. La doctora Duarte ha tenido a medio hospital moviéndose de un lugar a otro hasta conseguir contrarrestar los compuestos que aún viven en el organismo de su nuera, ella no le quiso dar mucha información al Boss porque sabía que no iba a reaccionar muy bien. Camina por los pasillos de su hospital hasta entrar en la habitación individual en donde se encuentra la Koroleva acostadas con un suero pasándole por una vía intravenosa, sus ojos están cerrados mientras que el monitor dicta los ritmos cardiacos. Anota en una planilla la observación y se sienta a su lado acariciando su rostro con los nudillos.

Poco a poco la enfoca y la Reina le sonríe.

— ¿Cómo estás, mi morena? — preguntó con cariño.

— Como si un camión me hubiera aplastado. — se ríe — Me duele mucho mi zona íntima.

Arabella traga saliva y empuña la mano con la que la acariciaba. Lianys notó su cambio abrupto.

— ¿Qué pasó? — su suegra se queda callada — ¡Dime de una vez!

— Tuvimos que hacerte un aborto, el veneno junto a la droga mató el feto dentro de tí. Lo siento mucho.

La noticia le tomó por sorpresa a la Koroleva pero sus ojos se empañaron de lágrimas sabiendo que había perdido otra parte de Kaem que crecía en ella, aun cuando sabe que dentro de ese matrimonio no puede haber herederos.

Se tocó el vientre involuntariamente gesto que hizo que Arabella recordara años atrás sus dos pérdidas.

— Pero yo tenía la menstruación normal ¿cómo puede ser posible eso?

— No todos los embarazos son iguales mi niña, además, la sangre que ibas botando cada mes hacía que poco a poco tú bebé no se formara como era debido. — le agarra la mano — Sé que Kaem te hizo firmar un contrato donde durante todos sus años de casado, no habría un descendiente pero si ese bebé que crecía dentro de ti lo hubieras querido tener, te puedo asegurar que me iba a ser cargo de todo. Iba a ser mi primer nieto...

Se le quiebra la voz.

— ¿Kaem sabe? — ella niega — No quiero que lo sepa.

— Aunque él no quiere formar una familia tiene derecho de saber de qué iba a ser papá. No diré nada, pero tú sí lo harás ¿okey? — asiente — Boris y Edelian llevan todo el día en la sala de espera. ¿Los hago pasar o quieres estar sola?

— Quiero estar con mi papá.

La directora del hospital asiente y sale de la habitación en busca del Avvocato, Boris inmediatamente se levanta del asiento y se dirige hacia su hija que lo espera con los brazos abiertos. Su padre no dudó ni en un momento de estrellarla contra su pecho y consolarla, Lianys se volvió niña junto el afecto que su papá le daba, supo que en sus brazos siempre estará protegida pase lo que pase.

— Lo perdí, papá, perdí a mi bebé. — dijo llorando contra su pecho.

Boris entendió rápidamente a lo que se refiere y aunque le molestaba que su hija tenía en el vientre una criatura con la sangre de Kaem, era también su familia.

Kaem: Perversión En La BratvaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora