35° Abrázame

2.3K 187 28
                                    

Lianys

La tensión se puede cortar con un cuchillo todos sentados en la sala, ninguno habla solo me quedan viendo con mirada acusadora Saskia y Arabella, en cambio Jerome está muy relajado con una sonrisa en su rostro — se está burlando de mí —. Ya no sé qué punto ver, si los cuadros que decoran las paredes, la chimenea o las sillas forradas con imágenes de ojos turcos.

Me retuerzo las manos nerviosa de que puedan decir o hacer y hasta me siento cohibida queriendo tapar mi panza ya que son tres pares de ojos que no quitan su visión de mi abultado vientre.

La mirada fulminante que me da mi mejor amiga hace que me den escalofríos, sé que no me perdonará nunca que le haya ocultado y que hubiera fingido mi muerte sin incluirla en el plan porque estoy consciente que es leal a mí aunque ame a su mellizo con todas sus fuerzas pero mientras menos personas supieran mejor. Se escucha el sonido de las llaves afuera y mi corazón empieza a latir con fuerza porque Edelian ha llegado y sé que todo se irá sobre él, al abrirse la puerta se nota lo sudoroso de su frente por haber corrido tantos kilómetros como tanto le gusta que ni se ha percatado de la presencia de la Reina, además, fuera de la propiedad no hay ningún vehículo que delate que ellos están aquí porque sino la entrada hubiera sido otra. Cuando él sube la mirada hacia el interior de la sala lo veo pasar saliva varias veces y ¿Quién no lo haría con la mirada tan intensa de Arabella?

Sus ojos se posaron en mí tratando de comprender lo que aquí ocurre; sin embargo, me encojo de hombros sin saber cómo reaccionar al respecto.

— Buenas noches Sottocapo Meyer. — saluda con cierto desgano Ary.

— Buenas noches mi Reina, me extraña su visita...

— Dejémonos de hipocresías y vayamos al grano. — interrumpe Saskia de mal humor — Llevo tres malditos meses llorándole a esta perra para nada gracias al Altísimo, pero tampoco vine hasta aquí a fingir que todo esto está bien cuando no es así y lo sabes Lianys Lascater Bolat.

El simple hecho que ella me haya dicho mi nombre completo se refleja lo molesta que está y eso no es nada bueno viniendo de ella.

— No lo tome contra ella Princesa — se acerca el alemán sentándose en el mueble que se ubica a mi lado. Nuestras miradas se cruzan por un fragmento de segundo para luego volver al golpe de esta realidad —. Este plan fue todo mío, traerla hasta aquí fue la mejor opción y realmente no me arrepiento de ello, y si lo tengo que volver a hacer estaría más que dispuesto.

— Esto es insólito. — refunfuña ella.

Mientras tanto Arabella, solo se ha quedado callada viendo y escuchando todo. Después de unos eternos minutos de tensión la Reina se pone en pie y camina lentamente hacia mí, luego se agacha colocando ambas manos en mi abultado vientre con una sonrisa en el rostro y los ojos muy iluminados. Da pequeñas caricias muy tiernas haciendo que uno de mis bebés comience a moverse muy duro, la Reina se ríe feliz de que su nieto la haya reconocido y haya reaccionado ante su tacto. De una manera u otra siento un poco de paz al tenerla aquí pero el temor de que Kaem o Damon aparezcan por esa puerta me tiene con la cabeza gigante de tanto pensar.

Miro de reojo a la Miss Rusia y puedo notar como una pequeña sonrisa se ha dibujado en sus labios al ver como uno de sus sobrinos se movió, nuestras miradas se encuentran quedando fijamente una de la otra, retandonos como siempre lo hemos hecho y de un momento a otro Saskia se levanta y se avienta a mis brazos el cual es correspondido con la misma intensidad.

Su madre se hace a un lado dándonos nuestro espacio.

Las lágrimas ruedan por nuestros rostros dejando a demostrar que nos ha pegado muchísimo estar separadas por estos tres meses infernales para ambas. Nos hemos criado como hermanas las cuales sabemos todo de una de la otra y ahora estar en este punto duele bastante.

Kaem: Perversión En La BratvaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora