31° Huye

2.2K 214 21
                                    

Maratón 2/3

Lianys

Una hora después....

— ¿Crees que le guste el dulce de arándano? — le pregunto a Jacinta nerviosa — Es lo que siempre come desde que estoy embarazada.

— Tranquila mi niña, al Boss le encanta y más si viene de ti. — me sonríe con ternura — Es más, si quieres le llevas un poco mientras se termina de cocer las ricas chuletas de cerdo.

Asiento ante su idea, busco en la repisa un recipiente de vidrio para verter el dulce junto a la cuchara a juego. Camino con una sonrisa en el rostro hacia el despacho feliz de que voy a estar nuevamente con el ojiazul, lo extrañé mucho y a pesar de que hablábamos por llamada a cada hora, no quita que haya estado triste por su ausencia. Toco dos veces antes de abrir la puerta y me sorprende que no haya recibido respuestas.

Hoy ha sido muy soleado a pesar de que sigue la fría brisa y aquí solo hay oscuridad gracias a las oscuras cortinas que tapan los rayos del sol. Busco el interruptor de la luz pero una voz me paraliza en seco.

— ¡No lo hagas! — me ordena y acato enseguida.

— ¿Está todo bien? — susurro.

— ¿Tú lo estás, strelyat'? — noto una sombra que se levanta desde el asiento del escritorio con mucha sutileza como si buscara las palabras y los movimientos adecuados para dirigirse a mí — ¿No tienes nada qué contarme?

— Si me lo preguntas es porque ya lo sabes, Damon.

— Quiero que me lo digas tú, por las buenas...

— ¿Y si es por las malas?

Su risa es áspera y tenebrosa, se va acercando a mí con pasos lentos pero demasiados certeros para ser verdad. Mi corazón se acelera como nunca y temo que me dé una crisis nerviosa, Damon a veces es tan predecible que no sé por dónde coger. En ocasiones es un amor conmigo pero en otras, como en esta, no sé qué pueda hacer o decir y estoy consciente que no me hará daño... O eso creo.

— Eres una ovejita curiosa, muy curiosa y terca para este mundo tan sanguinario, Lianys. — se queda callado transpirando mis nervios y detallando mis gestos — ¿Pero sabes qué pasa cuando la ovejita se encuentra con el lobo?

Silencio.

— El lobo termina dándose el mejor de los banquetes y más cuando lleva tiempo acechando su presa. — finaliza.

— Siempre apareces de repente, Damon y cuando lo haces son con mensajes subliminales que no sé a que llegan. Espero gemelos, un hijo de cada uno y desgraciadamente nuestro hijo está es una posible alerta de aborto. — le informo de sopetón — Llevo una semana sometiéndome a exámenes para evitar cualquier mala noticia porque a pesar de que también te amo, no mereces este pedacito de esperanza y alegría...

Me estampa contra la pared inesperadamente haciendo que el dulce caiga en el suelo haciendo añicos el vidrio.

Me coge con fuerza por el cuello impidiendo que el aire pase con normalidad hacia mis pulmones pero trato de no demostrarle miedo, aún no.

Inhala y exhala Lianys.

— ¿No lo merezco? — me quedo callada — ¡¿No lo merezco maldita sea?!

— ¡No, no lo mereces Damon! — le grito llena de desespero — He vivido momentos llenos de aventuras, placer y confiabilidad contigo pero le haces daño al amor de mi vida. Cada vez que estás presente dañas más su mente haciéndola más confusa, matas sus neuronas y va a llegar a un punto donde no va a saber quién es él ni va a saber quién soy yo. Estamos esperando a dos bebés y deseo con todo mi corazón que Kaem pueda disfrutar a sus hijos, que llegue a apreciar el crecimiento de ellos hasta que sean adultos si es posible; sin embargo, aquí estamos tú y yo, y no él conmigo.

Kaem: Perversión En La BratvaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora