41° FINAL

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Narrador Omnisciente

El tiempo climático sabía que una cacería estaba en marcha, así que para ponerla un tanto más difícil el sol se tornó más potente con sus fuertes y alargados rayos. Sin embargo, las aves volaban en direcciones contrarias como si supieran que una tragedia o masacre empezaría. El mal se percibía tan pero tan cerca que en el aire se podía aspirar.

No se ve... pero se siente.

Damon camina con tanta tranquilidad dándole chance a que su presa pueda agarrar más ventaja pero tanto él como ella saben que este método es una excitación para su sadismo y morbo. Por otra parte, la Koroleva marcha detrás de la Bestia con una sonrisa despiadada, esa que por mucho tiempo no tenía y que ha salido a la luz inesperadamente, pero que provoca muchas emociones y sensaciones en Damon.

— Las perras en celos siempre impregnan su olor a quien quiere que la case, y tú Helen estás más cerca de lo que pensaba.

Argumenta él con una risa escalofriante que colocó los vellos en punta a Lianys.

En cambio a Helen las piernas le temblaban como si fueran gelatinas, no le importaba que sus pechos estuvieran al aire, solo quería salir con vida ella y su bebé. Ella pensaba en todas las cosas que había hecho, las cuales las consecuencias las han pagado sus hijos.

Primero Sasha, murió por las manos de su padre biológico sin tener la oportunidad de compartir con ella como lo hicieron Arabella y Akem, quienes la amaron desde el primer momento en que la vieron acogiéndola como hija de su sangre. Pero si crías cuervos, te sacarán los ojos.

Segundo el bebé, que apenas tiene un mes de gestación y donde se quedará para siempre.

Y por último pero no menos importante, el karma como tal que está cayendo en ella.

El verdadero infierno es el que pagas en la tierra saldando todas tus deudas con Dios, el diablo o el destino mismo. Cabe destacar, que todo el que quiera hacer daño solo por gusto y no por castigo, se le devuelve y al triple.

— ¡Helen! — grita su nombre — Sal maldita golfa, te puedo oler.

Se para en seco escuchando el sonido de ramas rompiéndose al ser pisadas. Acto seguido, él inicia a correr hacia la dirección que sus sentidos le indican, el sollozo de ella la delata por lo que hace que el hombre corra con mayor intensidad sacando la lengua repasando sus labios como si estuviera acechando su mejor cena. Al final, Damon se detiene al darse cuenta que se adentraron al bosque. Por la cantidad de árboles que hay plantados en la zona opaca la luz que proviene del sol provocando que se vea embrujado y tenebroso.

Él inhala el aire con suma satisfacción mostrando una sonrisa placentera.

— Sabes que me gusta este tipo de juegos, ¿Quieres jugar al gato y al ratón? — dice con burla, camina con sigilo para no romper ninguna rama y que pueda delatar a qué distancia está de la mujer más respetada de Grecia. Sin embargo, un pequeño gimoteo acusó su paradero — Te escondiste muy bien Helen, qué capacidad tienes.

La Bestia la hace confundir con los pasos haciendo que Helen salga de su escondite lo que ella no se esperaba era que se lo iba a conseguir frente a frente produciendo que sus piernas fallen por completo y caiga hincada ante él con las manos unidad rogándole que le dé la oportunidad de que por lo menos su hijo nazca y después haga lo que quiera con ella.

— ¿Y qué gano yo en todo esto? ¿Un mocoso? — pregunta asqueado — ¿Lo dejarás en un orfanato? Porque te juro que Brown se irá contigo como la mierda que son.

— Damon por favor, es solo un bebé.

Lloriquea.

— A ti no te importo el mio ¿Por que Damon debe tener misericordia contigo?

Kaem: Perversión En La BratvaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora