Extra: Por más momentos a tu lado

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Arabella

Permito que una enfermera me ayude a quitar la bata quirúrgica para así poder quitarme los guantes y proceder a lavarme las manos con un jabón especializado antiséptico. Al culminar, me seco del antebrazo para abajo con una toalla limpia, por supuesto, me coloco nuevamente mi bata y salgo del quirófano.

Cuando salgo por la puerta doble, varios ingresados me reconocen y saludan con cordialidad y yo les respondo con asentimiento de cabeza.

Pulso el botón para llamar el ascensor, mientras espero saco del bolsillo de la bata mi móvil y visualizo varios mensajes y llamadas perdidas de distintas personas. Las puertas metalizadas se abren de par en par e ingreso en el cubículo. Procede a cerrarse, por lo tanto, arreglo mi cabello en una coleta alta un poco floja viéndome por el reflejo del espejo.

Llego al piso seis, donde se encuentra mi consultorio. Mi secretaria alza la cabeza del computador y me sonríe.

— Buenas tardes, Dra. Duarte.

— Buenas tardes, Camila. ¿Qué consultas tengo hoy?

Me entrega una agenda.

— La próxima paciente tiene cita a las tres de la tarde, así que tiene una hora para descansar. — alega.

— Eso espero, últimamente han habido muchas emergencias a las cuales he tenido que recurrir. — suelto un suspiro — Cualquier cosa estaré revisando algunas cosas.

Entro a mi consultorio, cierro la puerta y al girarme noto sobre el escritorio un arreglo de tulipanes con una pequeña nota.

Me acerco con una sonrisa en el rostro y espero no haberme olvidado de alguna fecha importante. Huelo las flores y el aroma me hace llevar a otro planeta — definitivamente son mis favoritas —. Destapo el sobre y sonrío al comenzar a leer.

"Mi amada y perfecta Diosa. Más enamorado que ayer, y menos que mañana. Te he extrañado mucho esta semana y comprendo tus obligaciones, así que te espero esta noche."

Akem. I.

— Quiero que te pongas más preciosa de lo que ya eres. — escucho su voz a mi espalda.

Me giro y corro a sus brazos como si fuera la primera vez que me hace este tipo de detalles. Él me abraza y reparte dos besos en mi frente con la dulzura y delicadeza que siempre ha tenido conmigo.

— ¿Por qué sigo comportándome como una adolescente cuando estás cerca? — susurro — Ya estamos mayorcitos.

— ¿Y eso qué? Nuestro amor sigue joven, mi amor. — se separa unos centímetros de mí para verme a los ojos — Te notas cansada, es mejor que vayas a descansar. Vamos.

— Tengo cuatro consultas esta tarde. Es algo difícil ser la directora de mi propio hospital más que estar en emergencia.

Él sonríe. — Pero es lo que te apasiona.

Asiento.

Caminamos juntos hacia el sofá y nos sentamos juntos, para ser más específica, en sus piernas.

Platicamos un poco sobre su empresa y de la organización. Los nuevos objetivos de Kaem para la Bratva son muy buenos y es algo en la cual su padre está muy orgulloso aunque no lo quiera aceptar.

— ¿Cómo va el matrimonio de Kaem y Lianys? — pregunta de repente.

— Avanza a su manera. Es algo normal, nuestro hijo tiene años con una vida de libertinaje y ahora que ha sentado cabeza para ser Boss es algo que aún no ha captado al cien por ciento. — le respondo acariciando su cabello — La Koroleva cumpleaños pasado mañana, sé que no querrá que le celebren nada pero el mismo Kaem quiere festejarlo.

Kaem: Perversión En La BratvaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora