6

142 18 2
                                    


~Poncho~

—Todos nos equivocamos — Comienzo a decir parado frente a ella, nos separan casi dos metros y ella se mantiene abrazada a si misma, como queriéndose consolar mientras me mira a los ojos. —Yo me equivoqué y te lo dije — Ella cierra los ojos con dolor y al hacer eso las lágrimas caen por sus mejillas con fuerzas. Puedo ver el dolor que siente. Doy un paso y ella abre los ojos frenándome poniendo en alto su mano.

—¿Quién?

—Any... esto no es necesario...

—¿Quién Alfonso? — Insiste. Doy vueltas unos minutos antes de responderle. —¡Habla!

—Valeria — Ella se queda estática mirándome.

—Ja —Masculla con ironía, furia y dolor —La psicóloga de Kayra. Vaya — Ahora quien da vueltas por la sala es ella diciéndome miles de palabras que no son nada agradables, luego se acerca y me golpea en el pecho. Me dejo golpear pero luego intento detenerla tomándola de los brazos. Ella se mueve con desespero queriendo seguir, pero la freno tomándola entre mis brazos. La abrazo y ella sigue luchando sin dejar de llorar. —Te odio Alfonso, te odio con todas mis fuerzas — Solloza entre mis brazos empuñando mi camiseta con sus manos. Siento dolor, dolor y angustia por verla sufrir y por escuchar esas palabras de la mujer que amo y que siempre amaré.

—Perdóname, ya no sé como pedirte perdón — Me disculpo.

—Trágate tus perdones, Alfonso. Te odio.

—No me odias, solo estás dolida. Any perdón ¿Cómo te puedo pedir que me perdones? Hago lo que sea — La tomo de las mejillas y la obligo a que me mire. Ella se quiere zafar pero no la dejo. —Perdóname, te lo ruego.

—Tienes razón, no te odio — Se zafa de mi agarre —Te amo y odio amarte de este modo. Pero esto no se irá de un día para el otro... y tampoco no puedo seguir contigo. Te amo, pero más me amo a mí y ya no confío en ti.

—No digas eso Any, no digas que ya no confías en mí. ¡Cometí un error y lo admito! Pero no puedes hacerme esto cuando yo te he dado dos oportunidades ¡Dos! — Me quejo dolido. Tengo la garganta oprimida tratando de controlar el llanto. No es que le reclame dos perdones, pero tengo que utilizarlas para no perderla.

—Lloro por ti, sufro por ti y hasta finjo estar bien por ti. ¡Yo creía en nuestro amor, en mi amor por ti! Pero ya no se que creer. Ok, te acepto las disculpas porque tú me perdonaste aquella vez, esas dos veces. Pero la confianza está destruida.

—¡Fue una sola vez maldición! — Golpeo el sofá con el puño, siento mi cara roja y caliente de la furia. —¡Yo te perdoné dos! ¡Dos maldita sea! ¡¡DOS!! ¡¿Y sabes por qué?! ¡¡Porque te amo como nunca amé a nadie!! ¡Porque eres la persona más importante en mi vida! ¡Y porque eres mi vida, mi respirar! — Largo el aire contenido y me muerdo el puño para no gritar más fuerte.

—¿A caso, porque me perdonaste dos veces, tendría yo que perdonarte dos infidelidades? — Pregunta incrédula secándose las lágrimas.

—¡No maldición! No estoy diciendo eso, solo que... ¿Por qué no me puedes perdonar esta?

—Te perdoné, pero no vamos a seguir juntos — Aclara.

—Bien, entonces ¿Por qué no podemos seguir?

—Otra vez con lo mismo ¿No te das cuenta? ¡Abre los ojos Alfonso! — Se tapa la cara con las manos y larga un gemido, también ahogando las ganas de gritar con más fuerzas. —Le quieres dar mil vueltas, y a la primera te la he explicado. No voy a volver a decírtelo. Solo... tenemos... que... dejarlo ir — Dice con la voz quebrada.

—¿Para siempre? ¿No habrá ni siquiera una chance? — Pregunto quebrado. Ella no contesta y eso me hace pedazos.

—Ya esto ni siquiera es algo que se pueda salvar — Dice apuntándonos a ambos —Una relación está compuesta de contención, atención, admiración mutua, paciencia...

Una y otra vez ¿Donde esta el amor? | Anahi & Alfonso Herrera | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora