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~Kayra~

Me concentro en el lago apoyada sobre una cerca con los brazos cruzados por mi pecho. Y pienso. Puedo apreciar el atardecer frente a mí y el silencio. El silencio me permite pensar en mi comportamiento, en lo mal que hice culpándola a mi mamá por la separación, en no creerle que esta vez no fue culpa de ella, en incriminarle y reprocharle cada cosa que ha salido mal.
Me salí corriendo porque no sería capaz de mirarla a la cara y no sentirme culpable por haber sido tan malcriada con ella. Sé que tendré que hablar cuando regrese, pero por el momento necesito asumir que esta vez mi padre es el culpable de lo que sucede.
No sé en que momento se acabó el amor que se tenían, ese amor que cuando yo misma los miraba a los ojos podía verlo. Esa manera que tenían de mirarse y hoy ya no está. Esa manera de tratarse, o de besarse como dos adolescentes enamorados sin importarles nada, terminando con una sonrisa en cada rostro. No hay nada de eso. Antes de mi secuestro las discusiones eran constantes y no lo niego, temí que este momento llegara, sin embargo nada de eso pasó. El tiempo que estuve ausente no sé que ha sucedido, y por lo que Bianca me contó se apoyaban mutuamente, mamá sonreía por él, papá se apoyaba en mamá... Pero nada ha durado. Nos duró poco y ahora ellos van a separarse. Duele. Duele saber que mi padre se irá de casa, que quizás cada uno siga su camino, que se enamorarán de otras personas... Duele saber que esa familia que éramos ya no será.

—Aquí estás — La voz de mi gemela me hace girar hacia el costado y mirarla. Se apoya en la cerca y se pone en la misma posición que yo.

—¿Me están buscando?

—Les dije que yo sabía dónde estabas, y acerté — Murmura. —¿Ahora comprendes las cosas?

—Ya sé que soy una id.iota, dímelo.

—No Kay, eras una ciega que no querías ver que tu papá se confundió. No querías aceptarlo y le echabas la culpa a mamá porque ella ya lo había hecho una vez — Dice tomándome de los brazos. La miro y comienzo a llorar.

—Me comporté muy mal. Le he dicho cosas muy feas que no se merecía — Gimo.

—¿Y le pediste perdón? No, saliste corriendo porque te duele saber que papá fue quien se equivocó — Me reprime. Cierro los ojos y dejo caer con fuerzas mis lágrimas.

—Lo haré, juro que hablaré con ella y le pediré perdón por todo. Solo... necesitaba hablar primero con Román y dejarlo.

—¿Lo dejaste? — Pregunta sorprendida.

—Si Bian, todo ha acabado. Nos volvemos a México ¿verdad? No podía seguir con él.

—Entiendo.

—¿Vamos a casa? Está oscureciendo — Asiente y me sigue. Es momento de afrontarme a mis padres. Ahora sí.

~Anahí~

Recibo una llamada a mi celular, es Maite desde México. Pongo lo mejor de mí, tomo aire y contesto.

—Hola Mai ¿Cómo has estado?

—Hola Any, bien ¿y ustedes?

—Aquí andamos Mai, con problemas... Ya sabes... — Susurré sin ganas. Miré a Alfonso que me miraba fijamente, entonces decidí ir al estudio. Entré y me encerré allí.

—¿Qué sucede Any?

—Nos volvemos a México.

—¡¿En serio?! — Gritó eufórica mi amiga.

—Si — Y creo que notó mi tono de voz, porque se preocupó.

—¿Qué pasa? ¿No quieres volver?

—De hecho, nos volvemos por mí. Mai, Poncho y yo nos vamos a separar.

Una y otra vez ¿Donde esta el amor? | Anahi & Alfonso Herrera | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora