one shots; formula one ㅡㅡ esp. 🏎️🔥

𝘾𝙝𝙖𝙧𝙡𝙚𝙨 𝙇𝙚𝙘𝙡𝙚𝙧𝙘

getaway, with me

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   Joder, imagínate salir con uno de los pilotos de Fórmula Uno de La Scuderia, tener todo lo que pudieras desear al alcance de tu mano –y no por mérito propio–, ser querida por el hombre más bueno sobre la faz de la Tierra, y aún así comportarte como una desgraciada.

   Pues sí. Aunque suene incomprensible, así era ella. Así era Stella, su novia.

   Jamás me metería en su vida amorosa si él mismo no me lo pide, pero no se imaginan lo detestable que era esa mujer. Al principio creí que solo era idea mía, hasta que todo el círculo cercano de Charles me sacaba el tema.

   Su hermano fue el primero. Normal, ya que lo vivía desde más cerca. El mismo día un amigo en común me habló sobre lo mismo. Dos días después fue uno de los mecánicos del box, gran amigo mío. Me sentía con la bola de cristal, pero nada más alejado de la realidad.

   Me daba igual todo con tal de que Charles fuera feliz. Siempre lo quise con todo mi corazón, el niño más adorable de mi vida. Pero he ahí el problema, esa chica lo hacía sentir mal constantemente.

   Durante la carrera de Miami, desapareció por completo para rodearse de la docena de famosillos de turno que merodeaban por ahí molestando a los pilotos. Fuera de tres o cuatro personalidades reconocibles, fue bastante bizarro.

   En Mónaco ni siquiera se pronunció con él. Me partía el corazón verlo tan frustrado por el resultado desalentador, así que me quedé con él ese día. A ella no le pareció bien, y le hizo un escándalo frente a todos.

   Y así todo el tiempo. Era obvio que lo quería por la buena vida. Obvio para los ojos de fuera, no para el gran corazón de Charles, que intenta abarcar con más de lo que puede por sí solo.

   Él es un ángel a quien le cortan las alas poco a poco.

— ¿No saldremos hoy, cariño? —oigo la voz de Stella.

— Perdóname, amor. Hoy es un día un poco personal, prefiero volver, quedarme en casa y tomarme mi tiempo.

— ¿Un día personal? ¿Qué tiene la fecha? —contestó con indiferencia.

— Cariño, ya sabes la historia. Te la he dicho varias veces.

— ¿Por qué siempre tienes que ser tan críptico? —dijo irritada.

   Mierda, qué incómodo que era estar allí. Mejor ni me muevo, no vaya a ser que me metan en esto.

— ¿Críptico? Stella, hoy es el aniversario del fallecimiento de Jules —lo escucho hablar un poco enfadado.

   "Por favor, que no diga nada ofensivo sobre él", pienso para mí.

— ¡Ay, Charles! Han pasado muchos años ya, estas cosas tienes que superarlas —rodó los ojos.

   Juraba que aún tenía fé por esta chica, pero joder. O es estúpida, o busca que la dejen.

— ¿Cuándo dije que no lo había superado? Además, solamente quiero pasar el día tranquilo. ¿Hay algo de malo en querer recordar a Jules? Si al menos pusieras algo de atención en mí, sabrías lo valioso que ha sido en toda mi vida. Quiero recordarlo, dedicar este día a mis memorias con él, y sobre todo no escucharte a ti ni a tus estupideces.

   No voy a negarlo. Nunca en mis diez años de conocer a Charles, lo había escuchado hablarle así a alguien. No me malinterpreten, se lo merecía y mucho.