one shots; formula one ㅡㅡ esp. 🏎️🔥

𝙇𝙚𝙬𝙞𝙨 𝙃𝙖𝙢𝙞𝙡𝙩𝙤𝙣

✨️ you ran away ✨️

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   ¿Por qué tuve que confiar en ese hombre?

   Siempre supe que jamás estuve hecha para aguantar presiones sociales, y esta última experiencia me ha demostrado que tengo que conformarme con muchísimo menos.

   No soy lo suficiente para hacer feliz a alguien que lo tiene todo.

   O eso pensaba.

   Lewis me abandonó hace ya cuatro meses, recuerdo la fecha como si fuera un aniversario. Lo di todo por él, y cuando digo "todo" es todo.

   Nunca permití que me pague nada, ni me hiciera regalos caros o cualquier cosa que involucre intereses por su poder. Yo solo quise demostrarle que lo amaba, por su encantadora sonrisa, su piel morena, sus preciosos ojos y su voz tan única para mí.

   Y me llevé la peor decepción que podría imaginar. Me odio tanto por haberme dejado encantar por un multimillonario que podría desecharme sin importarle.

   Pero... ese fue el problema. Lo nuestro se sentía tan único, tan jodidamente real que en mil vidas hubiera imaginado que desaparecería de mi vida.

   Y lo peor de todo, es que aún lo amo.

   Cuando llegué a casa, solo quería llorar. Hoy es veinte de abril, su mes favorito y la fecha donde me dejó. Simplemente dejé mis cosas a un lado y luego de cubrirme con las sábanas, comencé a llorar hasta que no me salieran las lágrimas.

   Y para mi aun peor suerte, alguien llama a la puerta de mi departamento. Odio llorar frente a alguien, y esto va a sentirse muy humillante.

   Tomo el pomo de la puerta con mi mano, y la abro, solo para quedarme a mitad de camino cuando veo quién está detrás.

— Lewis... —alcanzo a murmurar en un gemido ahogado por las lágrimas y los nervios.

— ¡Por Dios! Sasha...

   Entra sin decir más, cerrando la puerta detrás de sí, preocupado al verme llorar desconsoladamente por su presencia.

— ¿Qué haces aquí? —intento decir como puedo, ahogándome con los espasmos.

— Sasha, amor... te he extrañado como no podrías imaginarlo.

   Mi mente es un desastre. No obtengo señales de vida de este idiota por cuatro meses, ¿y vuelve así como así?

— ¿Qué mierda estás haciendo aquí de nuevo? —inquiero, enfadada, decepcionada, triste y traicionada.

— ¿Me dejas besarte antes? —su voz suena desesperada.

   Estoy tan destrozada por dentro que accedo, pero realmente no me hace sentir mejor.

   Sus labios se tocan con los míos. Lewis me toma por las muñecas y me apresa entre la pared y su cuerpo, desesperado por besarme más.

   Poco a poco se dirige conmigo aún en sus labios al sofá detrás nuestra, y se deja caer conmigo debajo mientras intenta no cortar el beso.

   Pero comienza a darse cuenta de que algo está mal, cuando siente la lágrima que cae por mi mejilla mojar sus dedos.

— Amor... he vuelto para ti. Soy un imbécil, nunca en mi vida tendría que haber cambiado tu amor por una noche estúpida —nada de esto me sorprende. Estoy tan dolida que nada lo puede hacer peor.

— Lewis, ¿qué mierda pasa contigo?

— Sasha, cielo... perdóname —agacha su cabeza y la esconde en su antebrazo—. Me has hecho tanta falta, lo diste todo por mí y me arrepiento de haberte hecho tantísimo daño...

   Veo que ha llorado, sus ojos están hinchados. He soñado con este momento tantas veces, he llorado tanto esperando que Lewis vuelva por mí... pero la parte racional en mí me dice que no.

— Te juro por mi vida que daré todo por ti, que jamás en el tiempo que me quede volveré a hacerte algo así.

   Él me mira directo a los ojos, yo igual. Pero algo en su rostro cambia cuando nota que no lo veo con el mismo amor que lo hacía antes.

— Lo siento...

— No... ¡no! Por favor, Sasha... dame otra oportunidad y lo haré mejor —tiene miedo en sus ojos.

— ¿Tienes idea de cuánto sufrí por ti?

— No... no podría imaginármelo nunca, cariño. Por eso quiero enmendar mis errores, te voy a hacer tan feliz mi amor...

   Sus manos apresan mis mejillas y vuelve a besarme, intentando por todos medios de convencerme de volver juntos.

   No puedo mentir que volver a tenerlo conmigo es lo que quiero, besarlo se siente igual de bien que el primer día.

— Lewis, jamás entenderías lo mucho que me has destrozado...

   Las lágrimas amenazan con salir de sus ojos nuevamente.

— Yo te amo, te amo como no te lo imaginas. Pero no voy a dejarme a mí de lado por ti, ya no. No tiene sentido volver contigo, lo siento.

   Tengo un nudo en la garganta. Amo a Lewis con todo mi puto corazón, pero esto no va a funcionar.

— ¿Por qué lo dices? Escucha, haré que vuelvas a confiar en mí, te lo...

— Ya basta, por favor —susurro, tapando su boca—. Yo no quiero volver contigo. Lo mejor para ambos es separarnos y hacer nuestras vidas aparte. Aun tengo el corazón de perdonarte, así que no lo hagas más difícil.

   Decirle esto se siente como un suicidio. Decirle adiós a la persona que has amado con tanta fuerza es matar una parte de ti. A veces me pregunto de dónde conseguí el coraje para hacerlo, y la respuesta la encuentro en mi sufrimiento.

— Siento tanto haberte hecho daño —lloriquea mirando hacia otro lado—... sabes que siempre voy a amarte, ¿verdad?

— En unos meses me olvidarás.

— ¿Por qué dices eso? —exclama enfadado— ¿Crees que no has significado nada para mí?

— Entonces... ¿por qué me engañaste?

   Su enfado rápidamente pasó a unos ojos caídos y llorosos.

— No fui lo suficiente para ti Lewis, ¿cierto?

   Hizo una gran pausa antes de hablar.

— Sí, lo fuiste. Yo fui el que no te mereció jamás.

   De todas las cosas que imaginaría haber oído de él, esta era de las últimas. Oírlo aceptar sus errores fue tan liberador en ese instante.

— ¿Valió la pena?

— No, en absoluto. Pero déjame decirte que los meses que pasamos juntos... fueron los mejores de mi vida.

   Las lágrimas ruedan por mis mejillas, y al levantar mis ojos y encontrarme con los suyos, solo siento dolor y arrepentimiento.

— Supongo que aquí acaba entonces.

   A pesar de estar en proceso de perdonarlo, no me siento capaz de mostrarle afecto. Solo quiero que se vaya de aquí y me deje sola, que esto se acabe de una vez.

   Lo acompaño a la puerta de mi departamento, con el corazón en el puño y a punto de desmoronarme en el suelo.

— Ojalá verte pronto algún día...

— Lo mejor es que no. Adiós, Lewis, ha sido un placer.

   Mantenerme firme hasta el último momento habrá sido de lo más difícil por lo que he pasado en la vida. Ahora que todo acabó, siento libertad y tranquilidad en medio del mar de emociones que me revolotean el corazón.

   Es un buen momento para un nuevo comienzo.

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