one shots; formula one ㅡㅡ esp. 🏎️🔥

𝙇𝙚𝙬𝙞𝙨 𝙃𝙖𝙢𝙞𝙡𝙩𝙤𝙣 [𝙎]

✨️ a small step
between hatred and love ✨️

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   Lewis me odia profundamente.

   Es una afirmación algo fuerte, pero es completamente cierto. Me detesta porque todavía le duele Abu Dhabi. Y bueno, para ser honestos, no es fácil aceptar la derrota de un título tan peleado, pero joder, casi dos años...

   Sabe cuánto disfruté de su derrota, cuánto la festejé, pero creo que lo que más le ardió fue saber que yo apoyaba a Max como si la vida me fuera en ello. No es que me guste demasiado, pero de verdad quería que alguien pudiera vencerlo después de tantos años.

   No me puede ni ver, literalmente como si yo fuera el mismísimo Masi. Pero sé que detrás de esa fachada de orgullo que lleva por delante, sabe que no tiene nada para justificar su actitud conmigo. No le he hecho nada malo... además de haberlo molestado cada vez que pude.

   Estaba sobre las sábanas de mi cama, a penas despertando de la siesta. Tuve un sueño absurdo, pero él estuvo allí, y por alguna razón siempre que sueño con alguien, no sale de mi cabeza por un buen rato.

   Y por más que intentaba sacarlo de allí, era imposible.

   ¿Él quiere odiarme? De acuerdo, yo lo odiaré el doble.

   De tanto pensar y pensar en él, de tenerlo en mis sueños, me aseguré de que la cortina de la ventana estuviera cerrada, y me relajé sobre la cama.

   Llevé mis manos sobre mis pechos, luego metiéndolas debajo de mi camiseta para tocarme. Sí, Lewis me gusta muchísimo, pero nunca lo admitiría frente a él. Tengo suficiente dignidad aún.

   Mis manos iban y venían, imaginando como él era quien me lo hacía, teniéndolo sobre mí. Estaba acostumbrada a pasar horas sola en esta casa, y no me reprimía con los gemidos.

   Llevé una de mis manos por debajo de mi short. La fricción de la tela de mi ropa interior sobre mí, me cosquillaba. Su nombre salía de mi boca, murmurando.

   Estaba demasiado concentrada en todo el placer que estaba sintiendo, inmersa en mi imaginación, con los ojos cerrados.

   Al abrirlos, Lewis estaba apoyado de un solo brazo sobre el marco de la puerta abierta de par en par.

— ¿Qué mierda estás haciendo aquí? No... más bien, ¿qué haces mirando en mi habitación? —el corazón me iba a mil.

   Su sonrisa arrogante respondía por sí sola.

— Estabas tocándote pensando en mí, ¿no es cierto? Además, te estás quedando en mi casa porque yo te lo permití, yo puedo entrar en la habitación que quiera.

— Qué más quisieras. En fin, ¿qué es lo que quieres? —mis mejillas ardían. Me moría de la vergüenza por dentro.

   Se acercó a paso lento hacia mi, observando mis pezones duros a través de la tela de mi top, y mi short desacomodado dejando ver la tira de mis bragas. Tomó asiento a mi lado, sobre el borde de la cama. Estaba demasiado nerviosa, pero intenté no dejarlo ver.

— ¿Crees que no iba a escucharte? Por dios, podía oírte desde mi habitación. Creías que estabas sola, ¿no? ¿O lo hiciste para que viniera a darte una mano? —llevó una mano a mi rodilla, deslizándola hacia el interior de mis muslos.

— Lo último que querría de ti sería justamente eso.

— ¿Y por qué te has puesto así conmigo? —mierda, sí notó los nervios. No pude evitar apretar mis piernas al sentir como las acariciaba con su mano y yo tartamudeaba del nerviosismo.