one shots; formula one ㅡㅡ esp. 🏎️🔥

𝙏𝙤𝙩𝙤 𝙒𝙤𝙡𝙛𝙛 [𝙎]

✨️ little helper ✨️

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   Toto ha estado tan estresado estos últimos días que a penas he podido pasar tiempo con él. Todo el tema de perder a Lewis le afectó mucho y tiene demasiado trabajo sobre sus hombros en este momento. Pero yo estoy decidida a darle una mano, y lo digo literalmente. No se da cuenta cuánto necesita de una buena ayuda para aliviar su estrés y tensión.

   ¿Y yo? Soy su ayudante, la que va de aquí para allá con papeles, mensajes, órdenes de su parte, etcétera. Y no es ningún secreto que yo tengo un gran interés romántico por él, y Toto es plenamente consciente de ello así que me encanta juguetear con mis fantasías.

   Toqué la puerta de su habitación y un desinteresado "adelante" me dio permiso para entrar.

— Oh, hola Sasha —levanta su vista para verme, solo para inmediatamente bajarla y seguir con su computadora.

— ¿Cómo estás, Toto?

— Como se puede estar en esta situación —responde resignado, abatido.

— Ya sé que puede mejorar tu ánimo gruñón.

   Me doy una rápida escapada a la cafetería para traerle su café favorito: doble shot de espresso con crema y sin azúcar, jamás lo olvidaría. Vuelvo a su oficina y me recibe con una tierna sonrisa.

— Gracias, cariño.

   Lo observo desde arriba hacia abajo, nunca acabando de impresionarme con su belleza tan masculina. Sus fuertes brazos relajados, que sé que podrían hacer un tan buen trabajo en la cama...

— Y... ¿qué tal tu escapada a Grecia? ¿Estuvo buena? —me pongo cómoda sobre el sofá frente a él, dispuesta a socializar.

— Oh, ha sido maravillosa —da un sorbo a su café, frunciendo el ceño ante el placer de su bebida—. Deberías tenerlo en cuenta para cuando busques una playa paradisíaca a la cual ir.

— ¿Y si me llevas?

   Siempre intento que mi uniforme resalte mis características físicas, lo suficiente como para estar en regla pero dejarle saber de lo que él podría ser dueño. Y sé que esa provocación de mi parte le encanta, aunque nunca se anima a pasar de los piropos.

   Suelta una risita, una sonrisa de lado que me deja saber que si no fuera por su estricta política en el trabajo, no tendría reparo en destrozarme contra la mesa.

   Dejó salir un quejido y comenzó a mover su cuello en busca de deshacerse de un dolor en su cuello. No hay momento más oportuno de acercarme a él.

— ¿Quieres un pequeño masaje?

   Levantó su vista por sobre sus lentes. No le di tiempo a intentar negarse, simplemente me levanté de mi lugar y al poner mis manos sobre sus hombros y apretar ligeramente, oí ese gemido de liberación que me hizo mojar instantáneamente. Llevaba mis dedos haciendo presión desde sus musculosos hombros a su cuello, teniéndolo literalmente en mis manos del placer.

   A este punto, creo que lo hace para jugar conmigo.

   Mordí mi labio inferior y necesitaba presionar mis piernas para controlarme. Mi corazón latía rápido entre más me imaginaba a él sobre mí más mil maravillas, sintiendo el aroma suyo envolverme.