one shots; formula one ㅡㅡ esp. 🏎️🔥

𝙎𝙚𝙗𝙖𝙨𝙩𝙞𝙖𝙣 𝙑𝙚𝙩𝙩𝙚𝙡

✨️ That guitar boy ✨️

▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀

   Los días festivos en mi pueblo los celebramos con mucho entusiasmo. En Heppenheim, mi lugar natal, todos nos volcamos a festejar la cultura una semana al año. Desde que me mudé a Düsseldorf a trabajar, siempre me hago ese hueco en la semana para ir a visitar a mi familia sin falta.

   Y entre cerveza y mucha comida, también festejan con música en un gran escenario que construyen para estos días.

   Me separé un poco de mis padres para dejarlos charlar con sus amigos y me levanté de la mesa para ir a ver quiénes estaban en el escenario, tocando una canción muy buena.

— ¿Quiénes son ellos? —le cuestiono a un hombre a mi lado.

— Un grupo de amigos de la infancia de por aquí. Suelen tocar en festivales de vez en cuando —contestó amablemente.

   Le sonreí y volteé mi rostro para seguir disfrutando del show. La brisa que soplaba en ese momento me trajo un gran sentimiento nostálgico, de cómo los años por más que pasen no cambiarán mis sentimientos por este lugar. El salir de la escuela junto con mis amigas a pedirle permiso a mamá para ir a sus casas rogando que no me regañe y obviamente haciendo mi tarea primero, ¡sino, imposible!

   Entre tantos pensamientos me distraje por completo de la realidad. La gente aplaude y silba ovacionando al grupo de jóvenes local. Estaba a punto de volver con mis padres cuando un chico rubio subió al escenario. No me habría percatado sino fuera por el gran recibimiento que tuvo al subirse, como si de una estrella de cine se tratase.

   Lo vi, pero no lograba reconocerlo. Su rostro me era tan, tan familiar que mi desesperación por recordarlo era evidente a simple vista. Y como si fuera un archivo desbloqueado, lo recordé en un oleaje de memorias de mi infancia.

   Aquellas tardes de verano donde él y yo compartíamos un buen rato después de clases. Siempre nos llevamos bien y para mí, era el chico perfecto, ese amor platónico que roza lo tonto cuando aún eres una niña inocente, llena de ilusiones. Recuerdo pensar en él como el niño más agradable de todos, más amable, la mejor compañía que alguien podría querer.

   Sebastian Vettel, ¿cómo podía haberlo olvidado?

   Me quedé unos minutos en un limbo mental, viéndolo tocar la guitarra y disfrutando del show, mientras por otro lado tenía mil voces de recuerdos y pensamientos de "¿qué hago?". Antes de que terminara, me hice un hueco entre toda la que para en ese momento ya era una multitud, sorteando a niños y adultos para llegar al backstage del escenario. No pienso irme sin saludarlo antes.

   Esperé durante unos minutos, escuchando como agradecía a todo el público, con esa carisma tan característica de él, tan encantadora. Mi corazón palpitaba rápidamente porque no podía ocultar mis nervios y mis ansias de verle después de tantos años sin saber de él.

— ¡Seb, hola!

— ¡Hey...! —saludó un poco desconcertado.

— Soy Sasha, ¿me recuerdas?

— Sasha —sus ojos se abren en un instante—... ¡Sasha!

   Sus brazos me rodean fuertemente, de esos que les das a aquellos seres queridos que no has visto en un tiempo.

— Pensé que no me reconocerías —digo un poco apenada.

— ¿Cómo no reconocería a la niña más dulce que conocí? ¿A mi mejor amiga de la infancia? —su sonrisa genuina es capaz de derretir cualquier corazón— Qué locura, verte cuando han pasado tantísimos años.