one shots; formula one ㅡㅡ esp. 🏎️🔥

𝙇𝙖𝙣𝙙𝙤 𝙉𝙤𝙧𝙧𝙞𝙨

✨️ keep our secret ✨️

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   Desde hace unas semanas que he notado que hay algo bastante fuera de lugar. Si simplemente fuera por eso no sería extraño, la vida como piloto de Fórmula uno suele ser inusual, llena de cambios y casi nunca las cosas son como deberían ser. Sin embargo, esta vez es muy diferente.

   Me bajé del coche luego de un par de vueltas al circuito de Monza. El monoplaza estable, habiéndose comportado como las simulaciones predijeron, un ritmo bueno... todo lo esperado, vaya. La sesión de libres había terminado para mí aunque todavía faltaban algunos minutos para terminar, y lo primero que cruzó mis pensamientos fue quitarme el casco y el traje.

   Luego de una fugaz charla con mis ingenieros, pasé por mi habitación a cambiarme de ropa por mi camiseta y mis jeans habituales. Refresqué mi rostro con un poco de agua fría y acomodé mi cabello, lista para los preparativos del final del viernes.

   Y volví a cruzármelo, a ese hombre que hace que todo últimamente se sienta extraño.

— ¡Hola Sasha! ¿Qué tal te ha ido hoy? —sus lindos ojos claros me escanean de pies a cabeza.

— Hola, Lando. Hoy ha sido un buen día, ¿qué hay de ti?

   Cada vez que lo veo –en especial estos últimos días–, siento entre melancolía y aprecio por él. No logro comprender ni siquiera mis propios sentimientos, y mis emociones no me ayudan.

— ¡Genial! Esa P3 no me la esperaba siendo que teníamos un programa mucho más técnico y... un momento, ¿te sientes bien?

— ¿A qué te refieres?

— No sé. El brillo usual de tus ojos no está... tu carita se ve triste... ¿sucedió algo?

   ¿Qué se supone que debo pensar de esto? ¿Qué somos, si es que somos algo? ¿Lando siente algo más allá de lo casual por mí? Tantas preguntas y tan pocas respuestas me matan por dentro y me desgastan. Pero si algo no puedo negar es lo excelente persona que es, y lo bien que me conoce.

   Y mantener todo esto en secreto... si cualquiera se entera de que dos pilotos están saliendo, se derrumbaría la reputación de ambos.

— No lo sé, Lando. Simplemente no me siento bien, emocionalmente —dejo salir en un suspiro.

— Oh, Sasha... ven conmigo a mi hotel, podemos hablar y quizá hacerte sentir mejor.

— No, no tengo ganas de nada —respondo irritada.

— No voy a dejarte sola cuando menos lo necesitas, preciosa —su mirada, su voz... no hay forma que pueda negarme a ellas—. Lo digo en serio, no quiero verte mal, no lo mereces.

   Suspiro resignada, sabiendo que esa sería otra de las muchas veces que pasaría lo mismo cuando estamos juntos.

   En el trayecto hacia su hotel, no emití palabra. Me dediqué a observar por la ventana del coche hacia afuera, tratando de reflexionar un poco y buscar una respuesta a aquel vacío que siento en mí. Lando es un buen chico, pero hay algo entre nosotros que no me termina de hacer sentir como yo creía que estaría.

   Subimos por el ascensor, y estoy tan apenada y avergonzada de sentirme así frente a alguien como él, tan risueño y extrovertido.

   Abrió la puerta para dejarme pasar.

— ¿Quieres algo para beber, o comer?

— Descuida, estoy bien.

   No me respondió e ignoró mi respuesta, para finalmente traerme un latte frío para el calor de Italia.