Captain Man's Daughter

25.

La pantalla de la computadora se encendió, Schwoz y Charlotte se escondieron enseguida al ver en ella a Rick Twitler.

— ¿Qué pasa, capicueva? — Saludó el hombre con una sonrisa

— ¿Qué quieres, Twitler? ¿Mandarás más tipos para que los derrotemos? —  cuestionó Ray.

— Ay, esos tipos eran una distracción; necesitaba tiempo para ejecutar mi plan real.

-—¿Ah sí? ¿Y cuál es? — Henry lo señaló — ¿ser un tonto? Porque si es así, misión cumplida.

— Mmm... no. El plan que les conté en la fábrica de miel

— Ah... la verdad no te escuché — Confesó el mayor.

— Me parece haberte aturdido.

— ¿Recuerdan esto? — Twitler volvió a mostrarles el frasco con los poderes de Henry -—¿El virus informático vivo que inventé? — Tanto Henry como Ray parecían confundidos — Bueno, es algo asqueroso, todo lo que quiere hacer es esparcirse y destruir, y ahora, tienes tus reflejos súper rápidos, Henry.

— ¿Ah sí? Adivina que, Twitler; recuperé mis poderes.

— No podrán ayudarte, no podrías detenerme incluso si pudieras volar.

Las risas por parte de Schwoz y Charlotte no se hicieron esperar.

— Es gracioso que lo digas porque hace unos segundos él saltó desde aquí y se golpeó la cara contra el suelo — Contó Ray mientras Henry repetía "no es gracioso" y Twitler reía.

— ¡No se rían! ¡Escuchemos el plan de Twitler que no va a funcionar!

— Oh, lo hará. Este virus está por destruir cada red de computadora en Swellview, y luego se esparcirá y destruirá las computadoras en todo el mundo, y la era tecnológica terminará... por siempre. Disfruten su precioso internet mientras aún puedan, porque ponto, si necesitan información sobre algo tendrán que leer un libro, y uno real, hecho de papel. Despidanse, chicos. — Finalizó mostrando como colocaba el frasco enmedio de la red de cables que conectaba todo el internet de Swellview.

La alarma de la capicueva comenzó a sonar, seguido de un apagón, que sin que ellos lo supieran, había ocurrido en toda la ciudad. Pasaron los minutos y el poder en la capicueva pudo volver gracias a que Schwoz y T/N encontraron la forma de alimentarla de energía. Jasper era ahora el encargado de que las luces y la computadora siguieran funcionando.

— Entonces — Habló por fin T/N, volviendo a involucrarse en la misión. — ¿Cómo destruiremos al virus, Schwoz?

— Se mueve muy rápido, tiene los poderes de Henry, así que no puedo destruirlo a menos de que encuentre una forma de- — Hizo una pausa y miró a Henry — Frenarlo...

Schwoz de nueva cuenta tuvo una idea, la cual Henry odio en cuanto lo vió, ya que lucía como si estuviese usando un pañal, y por supuesto, Ray tomaba fotos y lo molestaba mientras hacía lo que Schwoz le pedía.
Después de un rato Schwoz por fin tuvo listo el antivirus que acabaría con el plan de Twitler, mientras que Charlotte lograba rastrear su ubicación.

— ¿La vieja fábrica de internet sobre el monte de Swellview? — cuestionó Ray mirando la pantalla donde Charlotte había proyectado la ubicación. — Vamos, T/N, mis puños están enojados, necesito golpear a Twitler.

La chica caminó a los tubos siguiendo a Ray, ambos sacaron sus chicles para transformarse, después de hacerlo el tubo bajó y ellos se fueron.

..

Ray y T/N ya iban en camino al monte de Swellview, el mayor miraba por el retrovisor a la chica, ya que él también había notado se veía bastante desanimada a comparación de como lucía en la mañana.

— Oye, T/N, ¿qué sucede? — Se atrevió a preguntar, recibió un "Nada" como respuesta — ¿Nada? Yo no me trago esa respuesta, no puedo decir que te conozco lo suficiente para saber cuando algo te pasa, pero es obvio que estás mal, y estás así desde que te llamaron, ¿qué ocurrió? si es sobre tu madre es mejor que me lo digas.

Escuchar esas palabras bastaron para que T/N se desmoronara. Aunque atrasaría la misión y corrían el riesgo de no poder solucionar el caos de Twitler, Ray se orilló para poder consolar a su hija. Luego de detener el auto se pasó al asiento trasero para estar con ella.

—¿Qué sucede, T/N? Por favor, dime... — Mencionó tomándola de las manos.

— Mamá se fue... — pudo confesar al fin entre el llanto. — Todo por mi culpa, si hubiera juntado el dinero antes ella se hubiera salvado...

Ray se acercó más a ella para envolverla entre sus brazos con fuerza, sentía como su hija se aferraba a él mientras lloraba inconsolablemente, y por primera vez en muchos años parecía que había conectado con ella como padre e hija, sentía que la pequeña que había dejado ir hace 15 años había vuelto a él, y ahora que lo necesitaba no volvería a dejarla sola.

— Hija... No es tu culpa. Eres una chica muy fuerte y diste lo mejor de tí para ayudarla, hiciste mucho tú sola, y decidiste venir a buscarme aunque no quisieras verme, solo porque ella te lo pidió, estoy completamente seguro de que tu mamá estaba y está muy orgullosa de tí, de tu esfuerzo y en general de la niña que crió.

Sujetó la cabeza de la menor con cuidado para recostarla en su hombro y dejar un beso en su frente. Estuvieron unos minutos así hasta que T/N pudo calmarse por completo.

— Hay que seguir con la misión...

— ¿Estás segura de que quieres seguir? Podría mandar todo esto a la mierda y llevarte lejos de aquí para que te sientas mejor. — T/N negó.

— No no, tenemos que acabar con esto, la gente sin el internet se convierte en bestias — Señaló detrás de Ray, justo al otro lado de la calle había una tienda que estaba siendo saqueada.

— Típico de Swellview... Bueno, entonces vamos; te dejaré golpear a Twitler para que liberes tensión. — Mencionó lo último tomando el rostro de la menor y dejando otro beso en su frente.

..

— No es momento de perder el tiempo.

Henry se transformó una vez que tuvo el antivirus en sus manos. Antes de que se fuera Schwoz lo detuvo.

— Tienes que poner el antivirus directamente en el virus, tiene que tocar el virus original.

— Lo tengo — caminó de nuevo a la plataforma de los tubos, Schwoz volvió a detenerlo. — ¿Qué?

— El antivirus puede anular tus superpoderes para siempre, así que no dejes que te toque.

— ¿Algo más que quieras decirme? — cuestionó el rubio, Schwoz negó varias veces, al intentar irse Schwoz volvió a detenerlo. — ¡¿Qué?!

— ¿T/N y tú están saliendo?

— No, o... ¡Ay, no sé, Schwoz!