29
༄
AIDENLo que me jode es tener que haberlo conocido, que esté aquí. Que seguramente estén los dos en el sofá cuando yo debería ocupar su lugar. Yo debería estar ahí con ella, no él. No ese gilipollas. Joder, apenas he hablado con él y no lo soporto. No soporto su cara de imbécil.
—Es súper raro— me dice Josh, que ha entrado en mi habitación hace cinco minutos —. Dice que tú lo sabías, ¿es verdad?
—Sí— estoy sentado en la orilla de la cama, con las manos entrelazadas y la cabeza gacha. Ahora mismo tengo ganas de poca cosa. Y una de ellas es que ese cretino se marche de nuestra casa.
—Tío— se acerca para sentarse a mi lado —. Lo siento, tío— me da una palmada en el hombro —. Tiene que ser muy raro para ti... ¿Por qué no nos dijo nada?
—Es... complicado.
—¿Complicado? ¿Qué le costaba decir «Oye, chicos, tengo novio»?
—Es más complicado que eso, Josh— la defiendo sacudiendo la cabeza —. Mucho más.
—Explícamelo.
—No puedo— suspiro frustrado —. No es cosa mía, no puedo contártelo— le digo y él resopla.
—Vale, de acuerdo— desiste dándome otra palmada —. ¿Estás bien?
—¿Has hablado con él?
—Sí.
—¿De qué? ¿Qué habéis hablado?
—Nada, me ha estado contando anécdotas del instituto y... cosas.
—¿Qué cosas?— alzo la mirada para verlo —. ¿Qué te ha dicho ese payaso?
—Me ha contado como le propuso matrimonio...
—Cuéntamelo— pido pero al momento me arrepiento —. No, déjalo. Prefiero no saberlo.
—Mejor, tío. No te machaques más...
—Joder, vaya mierda. ¿Y tengo que aguantarlo hasta mañana?
—Ni siquiera has salido de la habitación, Aiden...
—¿Y para qué quieres que salga? ¿Para oír lo felices que son y para que me cuenten sus planes de boda? No, gracias.
—No han hablado de planes de boda...
—Es un payaso, ¿verdad?
—Bueno... ¿Te hará sentir mejor si te digo que sí?
—Sí.
—Entonces sí, es un payaso.
Ya es de noche. Apenas he estado en el salón dos minutos, porque en cuanto lo he oído hablar de su estúpido trabajo en la empresa de su padre me he marchado. No he podido aguantar mucho escuchándolo, su voz me irrita. Tampoco he mirado mucho a Judith, que estaba en el sillón donde siempre se sienta Josh. Al menos no estaba al lado de él. Al menos no estaban abrazados ni... paso, no quiero ni pensarlo.
Doy vueltas en la cama como un idiota, intentando conciliar el sueño cuando se perfectamente que no voy a poder pegar ojo. Porque me falta algo. Me falta alguien con quien he estado durmiendo este último mes. Me faltan sus besos en el hombro antes de dormir. Me falta el poder abrazarla por la espalda para dormir agusto. Me falta el olor a coco de su pelo. Me falta su respiración. Me falta que me haga cosquillas en la espalda cuando no logro dormir. Me falta ella, joder.
Miro el techo intentando así conciliar el sueño. Pienso en ovejas, pero no sirve para nada. Pienso en la Navidad. Pienso en la víspera de Año Nuevo. Pienso en ella. En sus labios, y por ende en sus besos. En sus piernas y en cómo me envuelven cuando pasamos las tardes abrazados. En sus manos y en cómo me toca. En su pelo y lo mucho que me gusta jugar con él. En sus pecas y como me gusta besarlas. En todo su cuerpo contra el mío. En sus susurros a la hora de dormir o en los mosqueos que pilla por las mañanas cuando está de mal humor.
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El corazón quiere lo que quiere
RomanceJudith Miller nunca imaginó que su mudanza a un piso de estudiantes cambiaría su vida para siempre. Con el corazón roto y un compromiso que la ata a un pasado doloroso, su mundo se tambalea cuando conoce a Aiden Amery, su carismático compañero de p...