42. Preparativos.

1K 46 6
                                    

42

JUDITH

Suspiro antes de mirarme al espejo. El vestido es despampanante como él solo, con pedrería preciosa en el corsé y la tela de encaje cubriendo mi cuerpo cuando el corsé termina en mis caderas. Demasiado pesado, demasiada pedrería y demasiada sobre carga.

Este es el vestido que ha elegido mi padre para mi boda, y desde luego no tiene nada que ver conmigo, pero solo es teatro.

Salgo del probador encontrando las miradas de Millie y Hollie, que me han acompañado a la prueba de vestidos. La morena me sonríe con elegancia y orgullo y la rubia tuerce los labios en señal de que, efectivamente, tampoco le gusta.

—Espléndido, Jud— halaga la prometida de mi padre.

Porque, sí, se han prometido. Y hacen la bromita de «Después de ti vamos nosotros», y me veo obligada a reírme como si me hiciera gracia después de escucharlo catorce veces. Me da pena por Millie, porque parece una buena mujer, y dudo que sepa lo hijo de puta que es mi padre.

—Demasiado para mi gusto— digo mirándome en el espejo que hay tras ellas.

—¿Qué? ¡Estás fantástica! — insiste Millie y yo miro a Hollie, que sonríe nerviosa —. Hollie, ¿tú qué opinas?

—Es... bonito.

—¿Pero? — le pregunta.

—Pero no va nada con Jud— dice acercándose para toquetear el vestido —. Toda esta pedrería, y esta cola gigantesca y... Buah. Lo único que me convence es el corsé— mira a Millie —. ¿Por qué no buscamos un vestido más sencillo? Un vestido que vaya más con ella.

—¿Jud?

—Estoy... de acuerdo en todo lo que ha dicho. Algo más sencillo.

—Vale, voy a buscar a la dependienta para que nos enseñe algo más sencillo. Enseguida vuelvo, chicas.

Cuando Millie se marcha, vuelvo a mirarme en el espejo. ¿A quién se le ocurrió engendrarme? Ah, sí, ya...

—¿Estás bien? — miro a Hollie cuando me habla e intento sonreír —. Seguro que encontramos el vestido perfecto.

—Sí, seguro...

Llevar todo esto sola me está matando. Porque aunque cuente con el apoyo de Tom, que a veces me sorprende lo mucho que ha cambiado nuestra relación —supongo que será la convivencia—, llevar un compromiso falso adelante sola es agotador. Y no hablo con la única persona que sabe la verdad, así que...

—¿Te pasa algo? — insiste acariciando mi brazo mientras nos miramos a través del espejo.

—No, es que... estoy agobiada con los preparativos. La semana que viene vamos a probar unas tartas, la comida, elegir los cócteles... Es... es... agobiante.

—Ya me lo imagino. Puedes contar conmigo para lo que sea, ¡Y más si es para probar tartas y cócteles! — dice consiguiendo que ría.

—Dentro de unos días iré con Millie a probar los menú que ha preparado Emily, ¿te apetece venir?

—Por supuesto.

☾☾☾

Ya estamos a mediados de mayo, el horroroso frío de invierno ya no está, aunque las mangas largas siguen llevándose. Millie no ha podido acompañarnos pues tenía que organizar unos asuntos de trabajo, pero Hollie y yo nos dirigimos al restaurante donde trabaja Emily como chef, donde también nos espera mi tío Neill sentado en una mesa central, y en el restaurante está solo él.

El corazón quiere lo que quiereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora