El corazón quiere lo que quiere

38. Regalo.

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JUDITH

Me despierto recibiendo abrazos y felicitaciones de todos, cosa que me pone nerviosa porque no me gusta que me abracen así porque sí, pero bueno, es mi cumpleaños.

—Hoy la cumpleañera va a elegir todos nuestros planes— dice Hollie sonriéndome —. Y esta noche fiesta en la casa, dónde haremos entrega de los regalos.

—¿Regalos? — pregunto riendo —. No me hacía falta ningún regalo, con teneros aquí es suficiente.

—No seas tonta— Ela me sonríe —, es tu cumpleaños, tiene que haber regalos.

—Así que, cuéntanos— Josh me echa un brazo por el hombro cuando me siento a su lado —. ¿Cuál es el plan para hoy?

—Para empezar, vamos a hacer una comida rica y a almorzar en el patio— digo sonriendo para después mirar a Aiden, que sigue de pie —. Tú vas a hacer esa pasta con bacon y nata que te sale tan deliciosa— digo y sonríe —. ¿Estamos?

—Estamos— alza las manos como si se rindiera y sonrío apartando la mirada.

—Muy bien. Ela y Josh, vais a ir al pueblo a comprar las bebidas para esta noche. Quiero mucho alcohol. Ginebra, Vodka, Ron, Whisky, Jagger, lo que queráis, pero en cantidad— prosigo con el plan —. Mason y Hollie van a poner la mesa en el patio— les sonrío con burla y resoplan —. Y las demás os vais a quedar aquí, alabándome por ser la cumpleañera.

—Parece un buen plan— Gala sonríe satisfecha.

—Pues claro que lo es— me levanto estirándome —. Todos a sus puestos.

Después de ver cómo todos se ponen a hacer lo suyo, me acerco a Josh antes de que se marche cuando veo que Mason sale por la puerta.

—Josh— lo llamo y me mira —. ¿Sabes dónde hay cobertura? ¿En algún lugar del pueblo? Necesito hacer una llamada.

—Ve a mi habitación, es el único lugar de la casa donde hay cobertura.

Será cabrón, se ha pillado la habitación por eso mismo. Y claro, es que Josh no puede vivir sin tecnología.

—Gracias— respondo riendo.

Subo a la planta de arriba, y después de darme un baño caliente me tumbo en la cama de Josh. Empiezan a llegarme notificaciones de ayer y de hoy, felicitaciones y llamadas perdidas. Y en cuanto respondo a algunos mensajes llamo a mi tío Neill.

—¡Hola, cumpleañera! — me saluda cuando descuelga —. Te llamé anoche, y esta mañana, pero no me respondías.

—Sí, es que en este sitio no hay mucha cobertura— no hace falta que le diga el lugar porque ya se lo conté todo antes de marcharme —. En realidad, no hay ninguna— digo riéndome.

—Felicidades, cielo.

—Gracias, Neill.

—Espera, Jossie quiere ponerse al teléfono.

—¡Felicidades Jujud!— grita, seguramente arrebatándole el teléfono a su padre y me carcajeo —. Te quiero mucho mucho mucho. Te quiero hasta la luna y volver.

—Gracias, pequeña karateka. Yo también te quiero mucho mucho mucho.

—Felicidades también de parte de Claire, no está en casa pero me ha dicho que te lo diga— dice con su dulce voz —. ¡Ya he comprado tu regalo! ¡Te va a gustar un montonazo!

—¿De verdad?

—¡Siiií! ¿Cómo te lo estás pasando en tu cumple?

—Muy bien— digo sonriendo —. Me lo paso muy bien con mis amigos.