17. La tercera chica.

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JUDITH

—No puedo creer que Lucy esté embarazada— murmura Hollie, asombrada.

—Lo sé— contengo el aliento, imaginando cómo sería tener un hijo con veinte años. Ni de coña tendría un hijo ahora.

Y esa era la noticia que nos quería dar Gala, que Lucy está embarazada. Al menos es de su pareja estable con quien lleva muchos años, Andrew. Un gran chico, así que me siento feliz por ellos si es lo que verdaderamente quieren, y seguro que serán unos padres geniales.

—Esto es una locura— digo mirando a mi alrededor. Todos están borrachos, bailando y gritando, excepto Tom, Lucy y yo. Lucy por motivos obvios —. Gala se lo ha montado bien.

—Muy bien— Hollie sonríe juguetonamente y sigo su mirada para ver quién le está dedicando esa sonrisa. Ryle Mont. Perfecto —. ¡Qué bueno está!

—Que amiga más promiscua tengo— bromeo y se gira hacia mi, indignada.

—Dijo la prometida que se acuesta con su compañero de piso.

—¡Yo no me acuesto con él! — me defiendo riendo, y gracias a Dios que estamos alejadas y nadie la ha oído.

—Porque no se ha dado la oportunidad, pero te aseguro que lo harás.

—Ya— digo sin más. Porque tiene razón, no tiene sentido que lo niegue —. Creo que me voy a ir a la cama ya.

—¡No seas abuela! — se queja riendo —. La que está embarazada es Lucy, no tú— me recrimina y se calla durante unos segundos —. Porque no estás embarazada, ¿verdad?

—¡No! — niego carcajeándome —. ¿Qué haces?— pregunto cuando me enfoca con su teléfono.

—Nada, sacándome una foto— dice y frunzo el ceño —. Aiden me pidió que le mandase una foto cuando te pusieras el vestido verde— me cuenta de lo más tranquila —. A lo mejor se pajea con la foto.

—¿Te ha escrito? — pregunto algo decepcionada, porque a mí no me ha escrito.

No me escribió ayer viernes, y hoy sábado tampoco. ¿Y a Hollie sí?

—No, me lo dijo antes de irnos.

—Es idiota— me quejo aunque quiera sonreír —. No le mandes la foto.

—Tarde, mi amor.

—Tú también eres idiota. Me voy a la cama.

—Como quieras, abuela— se ríe —. Y no me incordies, voy a acostarme con Ryle.

—Furcia— bromeo antes de irme.

Me despido de la gente aunque a la mayoría vaya a volver a verla mañana, y me esmero más con Graham porque a él si que no lo veré hasta... a saber cuando.

Me doy una ducha antes de ponerme el pijama, y una vez en la cama, la idea de escribirle a Aiden pasea por mi cabeza. Ya es tarde, pero quizá esté despierto. No sé, me apetece saber como está, saber que ha hecho estos dos días, pero sobre todo me apetece hablar con él. Simplemente eso. Me pidió que le mandase una foto con el vestido y no lo he hecho, pero ya lo ha hecho Hollie en mi lugar. Quizá yo pueda mandarle otro tipo de foto, para que se acuerde de mí. Hm, me gusta la idea.

Vuelvo a meterme en el baño y me quito los pantalones. Por suerte tengo unas bragas de encaje puestas, que me vienen de lujo para la ocasión. Quiero enloquecerlo un poco, aunque ya tenga las fotos que me hice con su cámara. No me quito la camiseta por que no llevo sujetador, pero me la subo un poco para que se vea mi ropa interior de encaje frente al espejo.

El corazón quiere lo que quiereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora