34
☾
JUDITH—La casa es...
—Muy blanca— lo interrumpo cediéndole una taza de café —. Hay mucho espacio vacío, y con muchas ventanas. Lo sé.
—Es bonita— termina diciendo —. Gracias— dice cuando agarra la taza.
—Siéntate.
Neill se sienta en el sofá y yo a su lado.
—¿Por qué dejaste la cafetería?
—Ya lo hablé con Emily— respondo cruzando las piernas —. Necesitaba un respiro. Un tiempo sin trabajar, y...
—¿Por qué te has mudado? — me interrumpe —. El piso dónde estabas antes estaba bien. Y te llevabas muy bien con tus compañeros, ¿qué pasó?
—Nada— musito dejando la taza de café en la mesa de cristal —. Tom y yo no estábamos bien, necesitábamos estar juntos— miento yendo a por lo más básico —. Así que...
—Me gustaba más el otro piso.
Sí, a mí también.
—Este también está bien.
—Demasiado grande para dos personas.
—Bueno, Tom necesita un despacho y yo...
—Jud.
—¿Qué?
—Grace está en la ciudad.
☾☾☾
Cuando mi padre llega para almorzar procuro tenerlo todo limpio. Más de lo que está siemrpe ya que me paso el día limpioteando cada esquina de esta casa cuando estoy sola. Viene con Millie, así que se comportará como un padre, no como Frank.
Los invito a pasar al salón y les ofrezco un té frío que solo acepta Millie.
—Está muy rico— dice asombrada.
—Sí, está delicioso— me siento en la butaca que he puesto enfrente y sonrío con incomodidad —. Tom estará al caer, ha ido a comprar algunas cosas y se le ha hecho tarde.
—No pasa nada— dice Millie.
—Hija— miro a Frank, que sonríe satisfecho mirando el salón —. La casa es mucho más bonita en persona.
—Demasiado blanca para mi gusto.
—Tonterías— dice alzando la mano —. Así está perfecta. Verdad, ¿Millie?
—Sí, es bonita... aunque yo también le añadiría algún que otro color.
—Mujeres...— bromea él y Millie se ríe —. Judith.
—Papá— imito su tono y la mujer vuelve a reírse.
—Hay que adelantar la boda.
—¿Qué boda? ¿Os vais a casar?
—No, hija, tu boda.
—¿Mi...?
—Este verano— concluye mirándome —. Este verano sería... perfecto.
—Pero... acordamos que la boda sería cuando yo terminase la universidad...
—Lo sé, lo sé— chasquea la lengua —. Pero se tiene que adelantar.
—¿Por qué?
—Iré al baño— se levanta Millie —, así podréis hablar tranquilos...
Cuando ella se marcha yo me quedo inmovil en la butaca. ¿Adelantar la boda? ¿Adelantar la boda de la cual pensaba escaquearme cuando terminase la universidad?
ESTÁS LEYENDO
El corazón quiere lo que quiere
RomanceJudith Miller nunca imaginó que su mudanza a un piso de estudiantes cambiaría su vida para siempre. Con el corazón roto y un compromiso que la ata a un pasado doloroso, su mundo se tambalea cuando conoce a Aiden Amery, su carismático compañero de p...