20. April y Bastián.

57.3K 3.8K 1.6K
                                    

April y Bastián.

🧡

April.

Tengo un gran problema. Bueno, siendo completamente honesta, son más, pero justo ahora tengo uno, en el que no puedo dejar de pensar en ningún momento, como si mente hubiese decidido que solo puede hacer un trabajo a la vez, y ese sea pensar en él.

Mi problema tiene un nombre.

Bastián.

Y ese maldito beso. ¿Cómo alguien puede besar así? Tan... tan... abrumador, perfecto, memorable y tan pero tan necesitado. Tan real aunque no lo sea.

Fue tan bueno que ni siquiera me importó si no era real, solo quería que me continuara besando de esa manera durante días, meses, incluso años. Sus labios suaves y húmedos sobre los míos era una sensación que no podía olvidar, ni ahora y ciertamente nunca.

Y era un condenado genio, actuó tan bien que incluso yo misma creí nuestra farsa, durante esos momentos en los que él me veía, agarraba, hablaba y besaba, creí que lo nuestro era una realidad, que no había un trato entre nosotros para fingir ser la pareja del otro, sino que en realidad lo éramos.

Mi corazón lo creyó, y lo celebró. Él y yo habíamos olvidado la última vez en que alguien nos había tratando y visto como Bastián lo hacía, como si fuéramos alguien, como si significáramos algo.

No hubo ultima vez, porque nunca nadie había sido así contigo. Nunca. Él tampoco lo será, todo es falso. Acuérdate.

Trago saliva con dificultad, observando nuestras manos unidas en mi regazo, mientras escucho la intrusiva voz en el fondo de mi cabeza. Él acaricia mi piel con círculos distraídos al tiempo en que descansa la cabeza sobre el asiento de la limusina en la que su familia y nosotros nos dirigimos a la mansión.

Lía duerme sobre el hombro de Eliette y su madre y padre hablan de algo de trabajo, no sé a ciencia cierta, solo puedo concentrarme en el perfil de Bastián. El más perfecto que he visto, cada facción de su rostro está perfectamente proporcionada, desde sus cejas pobladas, ojos color miel y pestañas abundantes, hasta su nariz perfilada y varonil y labios llenos.

Tiemblo de repente, consciente del frío que hace gracias al aire acondicionado. Maldigo por no haber traído un abrigo, pero en mi defensa este vestido no iba con ninguno, es demasiado bonito para que lo cubriera con algo.

Bastián gira la cabeza, reparando en todo de mi. Su mirada se desvía a mis brazos, mis pierna unidas y mi piel de gallina, y del ligero temblor  en mi cuerpo. Él me suelta la mano y se quita el saco de su traje, y luego me hace una seña para que me acomode y así pueda ponérmelo. Sigo sus órdenes en silencio, y una vez lo tengo puesto casi gimo a estar rodeada de su asombroso aroma.

—Gracias —musito, suspirando de alivio.

Bastián no responde, tan solo pasa un brazo por mis hombros y me abraza, dándome más calor. Mi mejilla se apoya de su pecho y la mano que tiene libre se enreda en mi cabello, peinándolo con sus largos dedos una y otra vez.

Se siente tan pero tan tan bien.

Cierro los ojos, tragando y memorizando lo que siento, y me prometo que solo me dormiré unos segundos, un solo segundo nada más...

Un "pequeño" favorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora