54. Dress (parte dos).

35.5K 2.4K 745
                                    

Say my name and everything just stops
I don't want you like a best friend
Only bought this dress so you could take it off
Take it off.

Dress, Taylor Swift

April.

El teatro se alza sobre nosotros en una forma ovalada, con cristales que permiten ver la luz de la noche y me encuentro sin poder asimilar toda la belleza qué hay. Aprieto el brazo de Bastián inconscientemente, mirando a todos lados, absorbiendo lo más que puedo.

—Nunca había estado en un teatro como este —confieso en voz baja, inclinándome hacia él—. Es asombroso. Me muero por ver la obra.

—Iremos a lugares como este más seguido de ahora en adelante —masculla, tomando por la cintura para guiarme a una de las primeras filas.

Nuestros puestos están a la altura perfecta, en donde puede verse en toda plenitud el escenario con el telón rojo.

—Eso me encantaría —confieso, sonriéndole.

Bastián me devuelve el gesto, con más recato, sin embargo pone las mariposas en mi estómago a revolotear.

—¿Bas? —hablo en cuanto recuerdo algo importante—. Sabes que una de mis amigas, Ali, se va a casar con Zeus que es otro amigo que hice en el centro. Será pronto y quería preguntarte si querías ir conmigo, significaría mucho para mí. Además quiero que los conozcas y ellos a ti.

—No tienes que siquiera preguntarme ese tipo de cosas, April. Soy tu novio, en donde quieras que esté, voy a estar.

Por primera vez en la noche lamento que hayan tantas personas a nuestro alrededor, que no seamos solo nosotros dos y que no pueda jalarlo del borde de la camisa y alarlo, uniendo nuestros labios.

Mis pensamientos pasan a ser lo menos relevante en el instante en que las tenues luces empiezan a bajar su intensidad, hasta que lo único que es alumbrado es el escenario. Mi corazón se paraliza mientras escucho una suave melodía, y entonces salen tres bailarinas, con hermosos tutús color verde, mientras en la pantalla detrás de ellas se comienza a proyectar un bosque.

Las bailarinas bailan al ritmo de la melodía, con enredaderas en sus brazos y sincronizadas. Luego sale une mujer preciosa, con ondas rubias y un suave vestido que cae sobre el suelo a medida qué pasa.

La obra transcurre entre una historia sobre la mujer rubia famosa que cree tener todo, fama, dinero, millones amigos, pero que cuando está sola siente que no tiene nada. Entre pausas vuelven las bailarinas, con una nueva con un atuendo oscuro yendo tras ellas, en una canción triste, que solo se detiene cuando ella está entre gente y finge que está bien.

Mi atención solo se centra en la historia, en la familiaridad que desearía no sentir, en conocer bien la soledad de la que ella habla.

—¿Cómo vas a estar triste si lo tienes todo? —pregunta uno de los personajes, su manager, en medio de una cena en donde todos los demás se ríen—. Eres afortunada.

—¿Por qué dicen que soy afortunada si solo me siento tan confundida? —inquiere ella hacia el público, mostrándonos sus sentimientos y luego vuelve hacia sus amigos y forza una sonrisa—. Tienes razón. Lo tengo todo.

La cena termina y ella se sienta en una cama de lo que parece ser su habitación. La bailarina que percibo como la tristeza agarra su hombro y comienza a abrazarla, y ambas se acuestan.

Las otras bailarinas salen, e intentan romper el abrazo, pero es imposible. Se arrodilla frente a ella, pero la mujer no las ve. No la ve a pesar de la desesperación.

Un "pequeño" favorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora