51. You're on your own, kid

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'Cause there were pages turned with the bridges burned
Everything you lose is a step you take
So make the friendship bracelets
Take the moment and taste it
You've got no reason to be afraid
You're on your own, kid
Yeah, you can face this.

You're on your own, kid, Taylor Swift.

🌷

Seis meses después.

April.

Me detengo en el último escalón de las escaleras del centro de rehabilitación, y mi atención se posiciona a donde todos están mirándome con gorros de fiestas puesto. Sonrío con todas mis ganas, aguantándome las lágrimas. Están Rámses, Hada, Zeus, Ali y Cara. Y sé que Winter, también nos debe estar mirando con esa linda sonrisa llena de felicidad.

Hoy es el día que nunca pensé que podría llegar, el día que se veía tan lejano que en algún momento deje de esperarlo, pero aquí estoy, en mi ultimo día en el centro luego de recibir el visto bueno de los especialistas y de Nath para poder irme.

Mis amigos se han marchado poco a poco a sus casas, luego de recuperarse, luego de que otros nos hemos quedado aquí, todavía intentando estar bien, o todo lo bien que se puede. La primera en lograr recuperarse fue Ali, la segunda fue Hada y el tercero Zeus, y luego estoy yo.

Cara y Ramsés todavía no han sido dados de alta, pero sé que saldrán de aquí pronto. Lo sé. Últimamente habíamos sido solo nosotros tres y se habían vuelto más importante de lo que pensé para mí, y aunque salir de aquí significaba mucho para mi, también sabía que los iba a echar de menos.

Los últimos meses han sido los más difíciles para mí. Desde que Winter no está, cada día se ha sentido pesado, pero supe que no podía detenerme porque el mundo seguía su curso, y debía cumplirle la promesa que le había hecho a Winter y la que me hice a mi misma de recuperarme. Debía recuperar el control de mi vida, y debía seguir viviendo, sana. Y lo hice, recibiendo la ayuda que necesitaba. Porque sé que de ahí no podría haber salido sola.

Las noches fueron más difíciles que los días, cuando todo era silencio, todo tan vacío que se escuchaba hasta mi respiración, mi cabeza amenazaba con romperme. Repetía las comidas y sus calorías, pero me detenía, me detuve antes de permitir que fuera más lejos, y todavía lo sigo haciendo.

No me han dado de alta porque el TCA desapareció por completo. Estar en mi lugar me ha hecho ver que en realidad es algo de lo que uno no se termina de recuperar completamente jamás. Sé que los pensamientos destructivos volverán de vez en cuando, pero ahora sé que debo callarlos, sé que debo recordar que alimentarme bien me permitirá vivir, que no debo estar de rodillas para estar delgada, que no puedo volver a los días en donde incluso se me caían mechones de cabellos y no me venía el periodo. No puedo. No puedo porque no me lo merezco.

Estoy muy lejos de amarme por completo, pero estoy comenzando a aceptarme como soy.

Claro que no es todo color rosa o tan fácil. Ojalá lo fuera. Pero no es así, lo confirmé cuando, hace cinco meses, no pude con la necesidad de hacerlo. Fue la única vez en los últimos meses.

Recaí una noche, y pasé toda la madrugada llorando, odiándome, deseando cosas que no debía desear. Y cuando desperté, cuando me miré al espejo, con los ojos hinchados y los labios rotos, cuando volví a verme rota, recordé las palabras de Winter:

El TCA no te quiere delgada, te quiere muerta.

No quiero morir. No quiero morir y que lo único que puedan decir sobre mí es que nunca pude tener realmente una vida feliz. No quiero morir y que incluso en la muerte me sienta sola. No quiero morir y dejar atrás todos mis sueños, todo el amor que quiero recibir y que tengo para dar. No quiero morir sin ver a mi gato, sin ver a Bastián, sin seguir coleccionando tazas o poder volver a hacer postres. No quiero irme, aún me queda mucho por hacer, y si sigo dejando que me encadene, sé que no podré vivir. Y quiero vivir, quiero hacerlo, no morir.

Un "pequeño" favorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora