April.
Si digo que es esperaba que Bastián se pusiera en contacto conmigo, y que me dijera para vernos, estoy mintiendo.
Bastián me mira desde el otro lado de la mesa en el lugar en donde me citó, y por primera vez parece totalmente serio. Como si lo que estuviera a punto de decirme fuera realmente importante.
Algo así como si fuera a informarme el fin del mundo, o aún peor, el fin de las comedias románticas.
Ambas me matarían, lo digo en serio.
—April, gracias por venir —comienza por decir, pasándose una mano por la boca.
Asiento, demasiado expectante para decir algo. Eso me sucede cuando estoy nerviosa o no sé que va a pasar a continuación, me quedo en blanco. Literal. Mi mente es una habitación emblanquecida. Parecida a un creppy manicomio.
Miro hacia la mesa, su café negro al lado de mi malteada con crema y una cereza en la cima. Es como estar viéndonos a nosotros reflejados en las bebidas.
—Recuerdas el favor que iba a pedir a cambio de fingir ser tu novio, ¿cierto?
Ufff, las comidas románticas estaban a salvo. Gracias, Jesucristo.
—Sí, ¿qué vas a necesitar?
Bastián cierra un segundo sus ojos acaramelados, pareciendo indeciso de decirlo.
—Necesito que ahora seas tú la que me ayudes, fingiendo ser mi novia.
Espera... ¿qué? ¿Qué?
¿Bastián acaba de pedirme que finja ser su novia?
—No entiendo... —Frunzo el ceño.
¿Por qué alguien como él quiere que yo finja ser su novia? Apuesto incluso a mi gato a que puede conseguir la pareja que quiera sin tener que hacer demasiado. Una sonrisa de esas lentas y sueltas, y una mirada acaramelada y listo.
—Es una larga historia, y contarla me da dolor de cabeza, así que voy a resumirla. Mi hermana va a casarse, y necesito que vayas conmigo y finjas que somos novios delante de mi familia.
Se me escapa una risita sin que pueda evitarlo.
Él quiere que haga lo mismo que él hizo por mí. No puedo creerlo. Es tan cómico que es solo su expresión me hace tomarme el asunto en serio.
—¿Dónde será la boda?
Es lo único que se me ocurre preguntar. No un "¿Por qué debes fingir?" Ni ninguna parecida. Tonta April.
—En Francia.
—Guao, guao, guao —Hago una pausa, bebiendo de mi malteada sin azúcar—. Déjame ver si entendí. Necesitas que sea tu novia falsa para ir a la boda de tu hermana en Francia, ¿escuché bien?
—Sí, April, oíste bien. Es exactamente lo que necesito que hagas por mi.
—¿Cuándo?
Voy a tener que pedir unos días en el museo, y aprender todo lo que pueda de Bastián por si alguna de sus hermanas o padres preguntan.
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Un "pequeño" favor
Roman d'amourApril necesita un favor, Bastián es el único que puede ayudarla. Solo deben fingir. Eso es todo. Fingir delante de los demás, especialmente frente a su familia, que creen que ellos están juntos. Una farsa temporal. Solo eso. Pero, ¿y si termina s...