Un "pequeño" favor

39. Call it what you want

I want to wear his initial
On a chain 'round my neck, chain 'round my neck. Not because he owns me
But 'cause he really knows me
Which is more than they can say.

Call it what you want, Taylor Swift.

April.

La película se proyecta en el televisor plano de la sala de estar de Bastián. Él está a mi lado, con mis piernas en su regazo y Mandy en medio de nosotros. Normalmente estaría disfrutando de la comedia romántica que habíamos escogido hoy, pero mi mente estaba muy lejos, a kilómetros de distancia y me costaba trabajo comprender que estaba sucediendo conmigo últimamente.

No sé ni siquiera cómo me siento y estoy asustada de perderme tanto que luego no pueda encontrarme.

Cuando estoy con Bastián todo el ruido en mi cabeza se va, y puedo experimentar trozos de tranquilidad y felicidad, pero una vez él no está, todo es oscuro. Y por más enamorada que esté de él, por más confundida y dañada que me sienta, no creo que sea correcto solo sentirme bien cuando él está cerca.

Bastián me ha ayudado con todo, y mañana iría al centro en donde me estaría quedando. Y no crean que no había tenido ganas de echarme para atras, de decir que no iría y que podía sola, pero sé que sola no iba a poder. Y cada vez que me acordaba de cómo había sido que Bas me encontrar inconsciente, del miedo que sentí cuando creí que no volvería abrir los ojos, y lo mal que fue verme en el espejo y no poder reconocer a la persona reflejada en el.

Nunca me había gustado verme en los espejos. Le tenía pánico, porque cada vez que lo hacía, descubría una parte nueva a la cual odiar. Solía creer que eso era lo peor, hasta que me vi en uno, y en vez de conseguir otra imperfección en mi cuerpo, no conseguí nada de lo que solía ser.

Al menos pesas menos.

Sacudo la cabeza, en conflicto. Estoy feliz por verme delgada, pero no es suficiente, nunca lo es, todavía sigo siendo gorda, todavía sigo teniendo más de lo que debería, todavía sigo  odiándome.

Bajar de peso no ha quitado el odio que siento hacia mi misma, incluso me detesto más.

—¿Sabes lo mucho que valoro tenerte en mi vida, verdad? —le pregunto a Bastián.

Él deja de prestar atención a la película y me observa. Bastián ha estado callado y no tengo ni idea de lo que está pensando. Su mano se alza y toma mi rostro, besándome.

—Lo sé.

—Quiero que lo sepas, me mortifica que los últimos días no he podido demostrarte lo importante que eres para mi.

Bastián traga.

—No es así —afirma—. Además lo que importa ahora eres tú, luego tendremos tiempo para lo de nosotros.

—Bas.

Se acerca más a mi, y tomo sus manos.

—Dime.

—Tengo miedo.

Bastián me da un apretón de mano y pasa su brazo por mis hombros, así que descanso mi cabeza en él.

—Todo va a salir bien. Y sabes que si no te gusta el lugar, buscaré otro en el que te sientas cómoda.

—No es eso, tengo miedo a fallar, sé que dije que no importa, pero sí me importa.