22. Deseos

63.8K 3.9K 1.3K
                                    

April y Bastián.

🧡

April.

Despertar junto a Bastián hace que me despierte con una gran sonrisa en la cara. Lentamente abro los ojos y sonrío con más ganas al encontrarlo dormido. Si por lo general él parece un cuadro del mejor artista, su rostro relajado y sus ojos cerrados adornados con sus espesas pestañas y pecas repartidas por toda su nariz, lo hacen lucir como algo que es demasiado bueno para ser real.

Me apoyo sobre mi brazo, admirando la cantidad de pecas qué hay en su rostro.

—¿Qué haces? —murmura él, apretando su brazo contra mi cintura y pegándome a él.

—Me gustan tus pecas.

Bastián resopla y continua sin abrir los ojos.

—¿Te volviste a dormir? —le pregunto en voz baja.

—No, April.

—¿Y por qué no abres los ojos?

—Porque la luz me molesta.

Es mi turno de resoplar. Bastián esboza una sonrisa perezosa, y mi corazón se detiene, porque no se me hace difícil soportar lo atractivo que es este hombre. Recorro sus brazos tatuados con la mirada y mi boca se seca.

—Buenos días, mon amour.

—¿Qué significa eso?

—Mi amor —responde, y mi cuerpo entra en pánico. Quiero gritar, saltar, besarlo, oh eso último no—. Iré a correr un rato, ¿quieres venir?

Odio correr o hacer cualquier actividad física. Sin embargo quiero pasar más tiempo con él y sé que para bajar de peso también es necesario hacer algo de ejercicio.

Esbozo una sonrisa divertida, imaginándome la reacción que tendrá con lo que voy a decirle.

—Sí, mi osito.

—Por favor no, April —Él niega, frunciendo el ceño.

—¿Sí tú me tienes un apodo por qué yo no puedo tenerte uno a ti?

—Porque los tuyos son extraños. No quiero que me llames "osito" —responde, lográndome divertirme—. Ahora vamos, que se nos hace tarde.

Bastián sale de la cama, dejándome entre las sabanas que aún huelen a él. En el paraíso estoy, en serio.

—¿Hoy tenemos algo que hacer?

—Lía y Eliette irán de compras, quieren que vayas con ellas —explica—. Mientras tanto estaré con Mathias, en la noche podemos hacer algo juntos.

Mi cuerpo se calienta y suelto una risilla nerviosa al tiempo en que siento mi rostro con color.

—April, no me refería a eso —aclara—. Aunque claro que si quieres hacerlo, lo haremos, pero hablaba de que podemos visitar algún lugar que quieras conocer.

—Claro, claro, un lugar que quiera conocer —medio balbuceo.

Bastián sacude la cabeza y parece estar a punto de curvar sus labios. Se acerca a su armario y sale con una toalla y con ropa doblada en mano.

Un "pequeño" favorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora