56. Jump then fall.

23.1K 1.8K 637
                                    

Well, I like the way your hair falls in your face
You got the keys to me
I love each freckle on your face, oh
I've never been so wrapped up, honey
I like the way you're everything I ever wanted.

Jump then fall, Taylor Swift.

April.

Recuerdo que hubo una época de mi vida en donde no tenía fuerzas para soñar. Un momento en el que, me sentía tan rodeada de oscuridad, que el solo pensamiento de imaginarme un día en donde no me sintiera de esa manera, en donde tuviera la oportunidad de descubrirme y de descubrir lo que me gustaba, parecía insólito.

Abrir mi propia pastelería es algo que nunca se me había pasado por la cabeza. En cambio, solía pensar que mi destino era trabajar en el museo por siempre, lo cual, no me malinterpreten, no hubiese sido malo, adoraba el sitio, pero me había acostumbrado a que no era capaz de ser algo más que una empleada. Nunca. Ahora sé que sí puedo serlo.

Así como también sé que será complicado, y difícil, muy difícil.

—Soy pésima con las finanzas —confieso mientras miro a Bastián, quien camina a mi lado en una mañana despejada en el parque que queda a una cuadra de su departamento.

—¿Te preocupa que eso vaya a llevar a la quiebra a tu pastelería?

Me detengo de pronto, y Bastián alza una ceja, divertido, aunque sin sonreír.

—A veces me asusta que sepas lo que estoy pensando. ¿No será tu superpoder? Cuando tenía cinco años veía a todos porque creía que escondían sus poderes y yo quería descubrir cuáles eran.

Él resopla, levantando las comisuras de sus labios por un segundo.

—Es muy fácil deducir qué estás pensando, solo tengo que verte la cara —Se encoge de hombros.

—En serio estoy preocupada con eso. Puedo hacer postres, pero, ¿llevar las cuentas? No es hasta ahora que me acabo de dar cuenta que es más que solo batir y hornear. Tengo que establecer salarios, contratar aunque sea una ayudante, y hacer los pedidos... Además debo pagar los servicios, y...

Bastián toma mis mejillas y me besa. Mi aliento se sostiene, y rodeo su cintura con ambas manos. En cuanto se separa, deja nuestras caras muy cerca, mientras que lo único que soy capaz de hacer es respirar profundo.

—Lo resolveremos, no te estreses por eso —murmura—. Yo te ayudaré.

Sí, sería difícil, más que eso, sin embargo, tenía personas con las que puedo contar. Empezando por Bastián, así como también él puede contar conmigo.

—Gracias —mascullo en respuesta, sonriendo.

Deja un beso en mi frente y me observa.

—Ahora empecemos a trotar.

Mi boca se frunce en disgusto.

—Me dijiste que solo íbamos a caminar.

Esta mañana, a las cinco, un viernes (sí, leyeron bien), Bastián decidió despertarme prometiéndome un paseo tranquilo en el parque, omitiendo la parte de correr, por lo que había aceptado.

Opté por ponerme unos legging negros y un suéter rosado, mientras que él porta una camisa manga larga que se ciñe a su cuerpo, y unos pantalones del mismo color.

Un "pequeño" favorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora