58. Mine

37.2K 2.2K 959
                                    

You put your arm around me for the first time
You made a rebel of a careless man's careful daughter
You are the best thing that's ever been mine.

Mine, Taylor Swift.

April.

Miro todo lo que esta a mi alrededor, sin preocuparme en ocultar mi emoción y orgullo. Bastián me observa, expectante y en silencio.

—Esto es impresionante —musito, refiriéndome a el edificio de su empresa, cada oficina, los espacios, la decoración, todo es tan él y tan perfecto.

Los colores son neutros, nada extravagante o colorido. Hay salas con enormes pantallas, equipos de videojuegos, máquinas que no tengo ni idea de para que serán, pero aquí están y oficinas, muchas de ellas, y por supuesto, la suya, que está en el último piso, con una vista hacia la ciudad.

—¿Te gusta? —espeta, posicionándose en mi espalda.

Pongo una mano sobre el vidrio, y le doy un vistazo por encima del hombro, sonriendo.

—Me encanta, Bas. Esto es hermoso, grita tu nombre por todos lados —espeto, realmente emocionada.

Su mano quita una sección de mi cabello y lo pone detrás de mi oreja, luego deposita un beso  sobre mi cuello. Cierro los ojos, y mi sonrisa crece.

Bastián va a inaugurar la empresa mañana, por lo que su familia, sus amigos y los empleados estarán aquí. Es un momento importante, Dios, más que eso, y al igual que él, estoy muy feliz.

—Estoy orgullosa y feliz, Bas —confieso.

Sus brazos me hacen girar y su boca de pronto está sobre la mía. Suspiro. Siento que respiro, que respiro de verdad, con mas ganas que nunca, como si estuviera agradeciendo cada respiro que tomo y que gracias a eso estoy aquí, con él, y con las personas que amo.

—Gracias por ser como eres —murmura, y cuando sus ojos se fijan sobre los míos lo que hay en ellos me desastibiliza.

He visto muchas veces el amor que siente por mi en sus acciones, en sus palabras, incluso en su mirada, pero hoy hay más de lo que había distinguido. Bas me mira como si de verdad fuera su universo, me mira como yo lo miro a él, con tanto que amor que es imposible esconderlo o incluso sostenerlo con las manos, porque abunda de tal manera que corre y se desborda.

—Bas... —susurro, mi pecho pesado y concentrada solo en él.

—Te amo, mierda, te amo tanto —susurra con voz ronca, pareciendo impresionado.

Lo abrazo con todas mis fuerzas, y él me alza del suelo. Me echo a reír, sintiéndome en la cima del mundo, con tanto en mi vida, tanta felicidad que siento que camino sobre las nubes.

Sin bajarme, aún con sus manos agarrandome por mi trasero, su boca busca la mía. Ante la brusquedad nuestros dientes chocan y las risas de ambos retumban sobre nosotros. Sostengo su rostros entre mis manos, llenándome de sus pecas.

—Adoro tus pecas —confieso, inclinándome para besar su nariz, en donde algunas están esparcidas.

Sus labios se curvan lentamente e inclino mi cabeza, besándolo. Tímidamente, muevo la lengua sobre la suya, y Bastián hace un sonido bajo y varonil que me hace suspirar.

De repente la puerta de la oficina es tocada. Hago el ademán de separarme, sin embargo, Bastián me detiene, mordiendo mi labio inferior. Vuelvo a concentrarme solo en él, pero la puerta vuelve a sonar.

—¡Bastián, hay alguien que quiere verte y se niega a esperar! —La voz de Felice se alza para que la oigamos.

Él suspira con fuerza y me pone en el piso de nuevo, su cabello desordenado y sus labios hinchados. Por suerte hoy no me he puesto labial rojo, o habría sido más obvio lo que estábamos haciendo.

Un "pequeño" favorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora