Yo te esperaré

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No negaba que me dolía esconder mis sentimientos hacia Carlos cuando estábamos en público, más cuando se trataba de él . Verlo con la ropa de Ferrari me generaba un calor interno, casi rozando la excitación. El rojo le quedaba tan bien que no pude evitar morder mis labios al verlo. La noche anterior me había contado que Rebeca no estaría por un mes aproximadamente, me sentí frustrada y enojada. ¿Justo ahora tenía que pasar tanto tiempo fuera?.

No quise darle mayor importancia al tema y decidí disfrutar la noche. Pedí una pizza y me acosté a ver una serie. A eso de las 22 Carlos me llamó y estuvimos una hora charlando por videollamada. Después de varios días juntos se me hacía difícil no sentir el calor de su cuerpo contra el mío.
Me dormí a eso de las 00:00, estaba algo inquieta y recuerdo un fragmento de la pesadilla que tuve: estaba en una cama de hospital, luces y cables por todos lados además de los típicos sonidos de los monitores y tubos de respiración. No me podía mover, tenía las manos atadas y no sentía las piernas.
Había alguien a mi lado, recuerdo que tomó mi mano y la suavidad de su piel se me hizo familiar.
Escuché su voz susurrándome: "no te rindas". Confirmé que era la voz de Logan, no podía verlo, pero sus manos y su voz me lo confirmaron.

Desperté sobresaltada, logré respirar cuando me di cuenta que había sido un sueño. Pero la incógnita del mensaje de Logan en el sueño no me permitió volver a dormir.
Cada noche que soñaba con él me quedaba con la duda si tendría algún significado o simplemente lo extrañaba. Quería creer que así era.

Volvimos a reencontrarnos con Oscar y Lando, no me había dado cuenta lo mucho que los extrañaba, sus bromas y buen humor constante me llenaban de vida.
Lando estaba al tanto de todo lo que pasó con Carlos, no porque yo se lo hubiera contado, si no porque Carlos lo hizo. Nuestro amigo no diría nada, estaba emocionado por nosotros y para mi era un alivio contar con alguien con quien desahogarme. Más ahora que Carlos estaba en Italia.

Le daba mil vueltas al asunto de Rebeca, ¿sospecharía algo de nosotros y por eso inventó una supuesta propuesta de trabajo por tanto tiempo?.
Me sentía ansiosa, por momentos quería llorar, me intentaba convencer a mi misma que no debía recaer, confiaba que Carlos terminara con ella, y poder ser felices juntos.
Se acercaba la temporada y el trabajo se intensificaba en la Fábrica, en la mañana me dediqué a tomar fotografías del trabajo en los talleres, detalles de los monoplazas y a los chicos paseando en monopatines.

A la hora del almuerzo marqué el móvil de Carlos pero no me respondió, supuse que estaría ocupado, no le di mayor importancia aunque empezaba a hacerme la cabeza.
Aleje esos pensamientos intrusivos de mi mente gracias a la presencia de Lando y Oscar que se sentaron conmigo a comer.

-Salgamos esta noche, te hará bien para cambiar esa cara de amargura.-

-Cierra la boca, yo no tengo cara de amargura.-

-Si claro, ¿no me digas que Carlos no te contesta el móvil?.- sonrío mientras me robaba mi comida.

-Está ocupado.- quise disimular mi molestia pero tenía razón.

-Charles y Arthur vendrán a casa esta noche, únete a nosotros, jugaremos partidas de play, puedes vernos jugar.-

No me parecía una buena idea volver a ver a Arthur después de lo qué pasó entre nosotros.

-No lo sé, no creo que sea correcto...-

-Vamos, ya pasó mucho tiempo, vamos en plan de amigos.-

-Bueno lo pensaré, más tarde te contesto.- bajé la vista al móvil cerciorándome que Carlos me haya escrito o devuelto la llamada.

No lo hizo. Estaba molesta así que decidí ponerme mis lentes de Sol y olvidar el asunto por ahora.

(...)

Después de muchos cambios de opinión sobre ir a casa de Lando decidí que iría. Carlos no daba señales de vida y no me iba a quedar encerrada esperando por él. Elegí un look acorde a lo que haríamos: jugar a la play y comer hamburguesas. Un crop top, una bermuda deportiva y unas zapatillas blancas, muy monocromático. Me recogí el pelo y llamé a Lando que me pasara a buscar.

Algunos minutos después vi su auto estacionar fuera de mi apartamento y bajé las escaleras enérgicamente para encontrarme a Charles en el asiento del piloto

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Algunos minutos después vi su auto estacionar fuera de mi apartamento y bajé las escaleras enérgicamente para encontrarme a Charles en el asiento del piloto.
Me invadió una emoción al ver a mi amigo, bajó del coche para venir a abrazarme.

-Oh por Dios, estás muy guapa, ¿que estás comiendo?.-

-Digamos que comida española.-

Ambos reímos ante mi respuesta y Charles fingió sorpresa, Lando ya le había contado todo. Y también estaba de acuerdo. Subimos al auto y fuimos charlando en el camino, obvié detalles cómo lo de nuestra semana en el barco, le conté que tenía a Lola y que estaba trabajando en McLaren. Puso una mano en su pecho fingiendo dolor, sentía que lo estaba traicionando por trabajar con la competencia.
A todo esto Carlos no había aparecido aún.

Dejé mi móvil en el auto de Lando porque me rehusaba a esperar que me llamara, disfrutaría con mis amigos esta noche.

En tus ojos - Logan Sargeant/Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora