A la deriva

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Logan tiene razón, mis ojos ya no brillan ni mis pupilas se dilatan cuando lo tengo cerca. Lo que alguna vez fue amor, hoy es otra cosa, quizás es costumbre, me siento cómoda con su compañía, es un excelente padre, y jamás me mentiría.-

-Existen muchas definiciones para describir el amor, y te aseguro que la tuya es la última que usaría...- Jessica sonrió dulcemente mientras me observaba.-¿Segura que no estás escondiendo algo en tu subconsciente que no quieres que salga a la luz para evitar que te haga daño? Tal vez...algo que ya viviste, que te destruyó en su momento y por eso ahora creaste una coraza en tu corazón que no te permite soltarlo, admitirlo...-

Por supuesto que lo hay, pero no le daría la razón a mi psicóloga.

-Estoy confundida, hace un par de años creí que estaba enamorada de Logan y que lo estaría por el resto de mis días, y ahora...no me genera la misma atracción, quiero decir, es guapo, pero...-

-Pero hay alguien más en tu mente que no puedes olvidar, alguien por quien dejarías tu vida y correrías a sus brazos de nuevo si te dieran la posibilidad. Esa misma persona que intentaste suplantar en el pasado casándote con Logan, ¿cierto?.- Las palabras de Jessica me rompieron el corazón, tenía razón. Había alguien más que vivía en mi mente, y no me olvidaría tan fácil de él. Cuando me fui a Estados Unidos con Olivia recién nacida, creí que empezaría una nueva vida de cero, olvidando totalmente el pasado, y a quienes me hirieron o me lastimaron.
Pero lo único que hice fue poner mis verdaderas emociones en pausa.

Y ahora que lo pienso me dolía, me cuestionaba si había hecho lo correcto, mi mente viajaba a una velocidad mucho mayor que mis latidos.

-Te diré esto como tú amiga, y no cómo tu psicóloga...aclara tu mente, pon en la balanza tus deseos, tus ilusiones y las cosas que realmente quieres, por otro lado, pon las cosas que ya tienes, todo lo que has logrado...y observa para qué lado se inclina. Intenta ser lo más sincera contigo que puedas, si algo que tienes no te gusta, no lo agregues en la balanza, o al menos del lado equivocado...-

-¿Y si se inclina para el lado de mis ilusiones y deseos? ¿Significa que tengo que cambiar algo?.-

-No se trata de que gane un lado o el otro, se trata que estén en perfecta sincronía. Nuestras decisiones en la vida pesan, algunas más que otras. Pero te aseguro que pesan más las que no hemos logrado aún...y no significa que no puedas revertirlo. Solo debes quitar peso de un lado, para que se equipare con el otro.-

-Quizás tengas razón Jess, ¿pero qué debo hacer estas semanas que Logan no estará? Entre el trabajo y los niños no tengo tiempo para pensar demasiado.-

-¿Tienes a Alison ayudándote no? Y a Carlos...-esto último lo dijo mientras me miraba a los ojos.

-No me mires así, Olivia lo adora, la trae del Cole todos los días, no puedo negarle que la vea, es su papá.-

-No te llevaré la contra, solo intenta no buscarlo si no es necesario...¿si?.-

-Está bien...entendí, nos vemos la semana que viene.-

(...)

Olivia entró en la casa con su mochila en la espalda y un ramo de margaritas.-¡Hola mami! ¡Mira que lo que te he traído! Papá no quería que te las regalara, pero yo no le he hecho caso.- estiró su pequeña manito con su ramo, orgulloso.

-Yo no he dicho eso, le dije que no debía arrancarlas del jardín de los vecinos, a menos que pida permiso.- Carlos llegó hasta nosotras con una sonrisa en su rostro.

-Oli, después hablaremos sobre robar flores, ahora ve a cambiarte que iremos de compras al supermercado.- le di un beso a mi niña que salió a los saltitos hacia su cuarto.

-Bueno, ¿tú todo bien?.-

-Supongo que si.- sus ojos se encontraron con los míos.- ¿Y Logan?.-

-Se fue a Estados Unidos, tenía algunos compromisos, ya sabes, trabajo...-

-Entonces, ¿estáis solos los tres?.-

-Pues si, Alison me ayuda en las mañanas, pero debía estudiar para un examen así que hoy estamos solos.-

-Sabes que puedes pedirme ayuda si necesitas algo, si tienes que trabajar yo puedo hacerme cargo de Oli y Liam.-

-Gracias, Carlos, lo aprecio mucho, pero de momento estamos bien.-

-¿Quieres que los lleve al súper? Me queda de pasada, además tengo el resto de la tarde libre...-

-No te preocupes, de verdad, podemos ir en mi coche, será un momento nada más.- recordé las plantas de Jessica acerca de no buscarlo si no es necesario.

-Yo quiero que papi vaya con nosotros, mamá.- Olivia apareció suplicando que su padre nos acompañara.-

-¿Ves, mamá? No puedes decirle que no a esos ojitos de cachorro.- Carlos reía mientras tomaba en brazos a Oli. -¿Podemos comprar chuches, papi?.-

-Solo si mamá lo permite, no queremos tener problemas con ella, ¿cierto cariño?.- besó la mejilla de su hija mientras me miraba orgulloso y triunfador.

-¡Está bien! Pero nada de golosinas hasta mañana, las compraremos y las guardaremos para cuando se porten bien.- lancé una mirada de advertencia a ambos niños, Liam estaba en mis brazos ahora, apoyando la idea de su hermana de comprarlas.

Bajamos en el estacionamiento del supermercado, supuse que Carlos se iría luego de dejarnos pero en su lugar bajó del auto tomando la mano de Olivia y Liam.

Fabuloso, pensé. Jessica no estará feliz si lo supiera.

Se adelantaron a tomar un carrito y ambos niños fueron puestos dentro, Carlos los dirigía mientras yo iba memorizando que debía comprar.
Fui sumando al carrito algunos productos de limpieza, comestibles, artículos de aseo personal hasta que llegamos a la góndola de chocolates.
Sentí varias miradas posándose en mi, decidí ignorar los ojos de borregos hasta que una mano se posó en mi hombro.
Sonreí al sentir el calor de su tacto, podría admitir que me ponía un poco nerviosa, pero disimularlo era mi fuerte.

-Los niños preguntan si podemos comprar chocolates.- la voz de Carlos era casi un susurro.
Me di la vuelta para enfrentarme a sus grandes ojos que me miraban con picardía.

-Pues diles que sólo podrán elegir uno, y lo comerán después de la cena.-

Sonreí y me di la vuelta para seguir con la compra, oyendo las quejas de esos tres.

Quien nos viera de lejos creería que somos una familia perfecta en un día de compra. Y de solo pensar eso, me aterré. Mi familia es con Logan, no con Carlos.

Después de pagar y salir con las bolsas de la compra rumbo al auto de Carlos, subí a Liam a la silla y lo aseguré a la misma, quise hacer lo mismo con Olivia, que hasta hace un momento estaba a mi lado.

-¡Oli, hija!.- fui hasta donde estaba Carlos guardando la última bolsa y tampoco estaba con él.
Me miró mientras fruncía el ceño: -¿Qué sucede?.-

-¿Dónde está Olivia?.- comenzaba a desesperarme y moverme por todos lados, buscándola.
Carlos miró a su alrededor, nada.

-Iré a chequear dentro del súper, quédate aquí, seguramente está jugando con algún niño.- aunque intentaba sonar tranquilo, estaba nervioso, pasó su mano por su cabello y salió corriendo hacia la entrada.

No pasaron más que cinco minutos y mi corazón estaba a punto de explotar, nunca había sentido en carne propia los nervios que estaba padeciendo en ese momento, Carlos regresó a los pocos minutos sin novedades. Nadie vio a Oli, era como si se la hubiera tragado la tierra.
Pedimos mirar las cámaras de seguridad, pero tardarían al menos una hora.
En una hora podría fallecer en ese estacionamiento.

¿Dónde estaba Olivia?

En tus ojos - Logan Sargeant/Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora