En tus ojos - Logan Sargeant/Carlos Sainz

Rendirse nunca fue una opción

Esa mujer tenía todo lo que un hombre pudiera desear: era inteligente, culta, exorbitantemente hermosa, seductora, ambiciosa y por sobre todas las cosas: con ideas firmes y convicciones seguras, no dudaba de ella en ningún momento.
Los hombres matarían por ella, destruirían imperios completos por su compañía, pero el único hombre que a ella le fascinaba, no la quería. Y seguramente nunca más le daría una oportunidad.
Las mujeres fuertes también lloran, se derrumban en un rincón, se encierran en su castillo esperando ser salvadas.

Pero Rebecca era distinta, se negaba a llorar en público, no mostraba una pizca de emoción, mucho menos vulnerabilidad o debilidad. La elegancia va de la mano con la seriedad, y su rostro hoy mismo recalcaba esa afirmación.
Su jornada había acabado después de varias horas de posar, cambiar de atuendos y maquillajes, el Sol de media tarde iluminaba en tonos naranjas el cielo de Milán. Pero su rostro denotaba oscuridad, no le brillaban los ojos como hace un tiempo, tenía la vista perdida en el horizonte.

No se molestó en saludarme cuando subió al coche, y como en esos días que está en silencio, no quise interrumpirla.
Llegamos al estacionamiento de mi apartamento, apagué el motor y me giré para observarla.

-Tengo un plan, -me miró con sus grandes ojos azules- ¿me ayudarás?.-

-¿Y ahora qué? ¿Vas a fingir un embarazo? ¿Vas a adoptar un niño y tocarás su puerta llorando e intentando convencerlo que es suyo?.-

-No seas estúpido, una vez en tu vida. Vamos a pegarle un pequeño susto.-

-No entiendo...-

-Ya lo verás mi querido Arthur, ya lo verás.

(...)

Mi rostro cambió de color luego de cortar el teléfono con mi suegra, Madelyn acababa de meter la pata, contándome que Logan se iría a Estados Unidos por un par de semanas. No solo no me lo había dicho, si no que se iría esta misma noche. ¿Qué pasaba con el?.

Oí aparcar su coche en la entrada y me dirigí a la cocina.

-¡Papi!.- Olivia corrió a sus brazos mientras Liam se comía un crayón.
-¡Hola, hermosa de papá! Te extrañé mucho, ¿cómo estuvo tu día?.- la cargó en sus brazos mientras besaba su mejilla.

-No estuvo mal, pero la seño nos pidió que hagamos un dibujo de nuestra mamá y nuestro papá, y yo tengo que dibujaros a ti y a Carlos, ¿por qué los otros niños no tienen dos papás?.-

-Pues, porque tú tienes mucha suerte y cómo eres tan buena niña, has tenido suerte de tener dos papás...-Logan acarició su mejilla mientras los ojos de Olivia lo examinaban.

-Oli, ¿puede llevar a tu hermano a su habitación un momento que quiero hablar con su papá?.- aparecí en la sala disimulando mi malestar.

-Sí mami.- Olivia tomó a su hermano de la mano y fueron hacia su cuarto.-

-¿Pasa algo? No has venido a saludarme.- Su voz sonaba demasiado tranquila, como si no tuviera nada que decirme realmente.

-¿Cuándo pensabas decirme que te vas a Estados Unidos por tres semanas?.- crucé mis brazos sobre mi abdomen en señal de enojo.-

Un suspiro salió de su boca.-

-¿Te lo ha dicho mi madre?.-
-Eso es lo de menos, ¿por qué no lo mencionaste? Creía que era tu esposa, y creo que los esposos se dicen ese tipo de cosas, ¿no?.-

-Cariño, lo siento, he estado muy ocupado, se me pasó, de todos modos el vuelo se atrasó para mañana, y no te lo dije porque te he notado muy ocupada últimamente, los niños, el trabajo...no quería agobiarte.-

Me tiré en el sofá, aún molesta con él por no decirme que se iría. Somos una familia, por el amor de Dios.
Últimamente su trato hacia mi había cambiado, no se acercaba a mi con deseo, menos aún con intenciones sexuales. Lo extrañaba demasiado, anhelaba su calor en las noches, oír su respiración en mi oído, los latidos de su corazón.
Por un momento se cruzó por mi mente creer que tenía una amante, y por eso no se acercaba a mi, pero no veía a Logan con esas intenciones.
Pero no quería quedarme con la duda.

-¿Quién es ella?.- solté sin mirarlo.

-¿Quién es...quién?.-

-Tu amante.-

-Por el amor de Dios, ¿de verdad crees que te estoy engañando? ¿Me crees posible de eso?.- su rostro comenzó a ponerse rojo.

-¡No lo sé! Pero te noto distante, ni siquiera me besaste al llegar, no duermes conmigo la mayor parte de las noches, cuando quiero insinuar algo íntimo me pones una excusa, o estás cansado o estás dormido.- Me puse de pie alejándome del sofá, quedando frente a la ventana.- No voy a negar que eres un padre excelente, los niños te aman...-

-Ese es el problema, ellos aman a su padre, ¿pero que hay de ti?.-colocó sus codos sobre las rodillas mientras me miraba inquisidoramente.
Quise responder pero me interrumpió nada más empezar:

-Durante meses intenté borrar la idea de mi cabeza, negarme a ver la realidad, quería pensar que eran ocurrencias mías o celos, pero no dejo de pensar que quizás es cierto. Eres la mejor madre que pude haber elegido para mis hijos, una mujer estupenda, brillante y hermosa. Daría esta y mil vidas más para pasarlas a tu lado, pero día a día me cuesta pensar que todo ese amor que siento por ti, sea recíproco.-

-Logan...¿a que se debe todo esto? Eres tú quien se ha pasado las últimas semanas esquivándome, ¿y ahora me vienes con esto?.-

-No te estoy esquivando, solo intento alejarme, para protegerme. No quiero seguir ilusionándome creyendo que soy el hombre de tu vida, para que un día entres por esa puerta diciéndome que tenía razón...-

-Protegerte de...¿mi?.- sentía que las lágrimas rodarían por mis mejillas en cualquier momento.

-Protegerme de salir lastimado...la distancia y el tiempo borran muchos sentimientos, quizás debamos estar separados, darnos un tiempo.-

-No puedo creer lo que me estás diciendo...-había empezado a llorar, por simple impotencia. ¿Logan me estaba dejando?.

-Serán sólo un par de semanas, estaré en Estados Unidos hasta que la escudería firme con los nuevos patrocinadores, quizás sean un par de semanas...-

-No me has respondido a qué viene todo esto, podríamos haberte acompañado, sabes que puedo realizar mi trabajo de forma remota, los niños visitarían a su abuela...-

Se acercó a mi dejando un mechón de pelo detrás de mi oreja, -¿Tú estás enamorada de mi?.-

-Claro que si, cariño, eres mi esposo, formamos una familia juntos, como lo habíamos planeado. ¿Acaso tienes dudas?.-

Negó con la cabeza, con ojos de decepción.

-¿Sabías que puedes diferenciar amor con cariño solo con observar la mirada que te dirige una persona? Me lo enseñó mi madre...cuando estás enamorada de una persona tus ojos brillan, y tus pupilas se agrandan.
Al contrario del cariño, o de otros sentimientos.

-¿Y qué es lo que ves cuando me miras a los ojos?.-

-Pues, me quieres, te importo, te preocupas por mi, así como te preocupas de los niños.-

-¿Y entonces?.-

-Pero no soy el dueño de tus ojos brillosos y tus pupilas dilatadas, hace mucho tiempo no veo eso en tu mirada. Respóndeme solo una pregunta, y no volveré a insistir, te lo prometo.-

Asentí.

-¿Aún sientes algo por Carlos?.-

La pregunta me tomó por sorpresa, intenté responder de manera firme pero nuevamente volvió a interrumpirme.

-Ahí están.-

Fruncí el ceño sin entender a que se refería.

-¿Qué cosa?.-

-Tus ojos brillosos y tus pupilas dilatadas.