-Amor, tengo una sorpresa para ti, cierra los ojos.- Logan me arrastró fuera de la casa cuando los invitados se había marchado y los chicos se habían ido a dormir. Carmen y George se harían cargo de Oli esta noche.
Sentí un coche estacionar frente a nosotros, aunque no sonaba como uno común y corriente.-¡Ya puedes abrirlos!.-
Quedé atónita observando la lujosa limousina que había estacionado.
-¿Y esto? ¿A dónde vamos?.- un atisbo de curiosidad me invadió.
-Vamos a pasar nuestra noche de bodas como lo mereces, ya verás.- abrió la puerta y me hizo una reverencia para que suba. Lo cual acepté sonriente.
El interior de esta era bastante amplia, tenía sillones muy cómodos, una pequeña heladera, y una botella de champán en medio junto a dos copas de cristal.
-¿Te gusta?.- se desabrochó el saco mientras me miraba curioso.
-¡Es espectacular!, pero no era necesario, me hubiera conformado con ir en un coche común y corriente. Me acerqué a él para besarlo, colocando mis manos en sus hombros, mientras Logan rodeaba mi cintura con sus brazos.
-Te amo, eres la mujer de mi vida. Mereces todo lo mejor, y espero estar a la altura de las circunstancias.- sus ojos celestes se tornaban vidriosos cuando abría su corazón conmigo. Y eso me desarmaba.
-No hay nadie mejor que tú para ser mi compañero para toda la vida que nos reste, estoy tan feliz de ser tu esposa, te amo.- volví a besarle mientras pensaba en lo lindo que sonaba eso.
Tu esposa. Para toda la vida que nos reste.
Una de sus manos fue a parar a mi rostro, acunándolo y acariciándolo.
La intensidad de los besos se incrementó, ya no eran dulces y lentos, si no profundos y desesperados. Habíamos esperado mucho tiempo para esto, y ambos necesitamos saciar el placer del otro.
Sin ningún tipo de pudor y sin tener idea si el chofer podía vernos, me subí encima de Logan, sus manos recorrieron mis piernas hasta subir a mis muslos, presionando con sus pulgares muy cerca de mi entrepierna.
Metí mis manos debajo de su camisa, acariciando su pecho, delineando sus músculos hasta rozar el cinturón de su pantalón.
Soltó un leve gemido que me dio a entender que continuara. Desprendí algunos botones de su camisa dejando a la vista su torso trabajado, acerqué mis labios a su oído, mordiendo su lóbulo, y besando su cuello. Sentí su cuerpo tensarse ante esto último, y pude jurar que gimió muy cerca de su oído. Podría encargarme de oír esto toda la noche, era excitante volver a escucharlo gemir de placer.-Amor...para, ya estamos llegando.- dijo rozando mi oído pero no le di importancia.
La limousina estacionó y el chofer salió de ella para abrirnos la puerta. Bajé con desgano mientras él se arreglaba la ropa para disimular su erección. Me mordí el labio ante semejante vista.
-¿Vamos, mi querida esposa?.- tendió su mano para que la tome y me ayudó a bajar.-
Agradecimos al chofer y entramos al hotel, su fachada lucía impoluta pero impresionante. Luces de tonos dorados llenaban el vestíbulo, que a esta hora se encontraba casi vacío de no ser por el personal del hotel.
Nos entregaron nuestra tarjeta y nos dirigieron a la habitación, una suite de lujo con vistas a la ciudad, y ventanas del alto de la habitación. Aquello era impresionante. En su interior la cama se ubicaba en el centro, muchos espejos decoraban las paredes y el techo, donde el que más me llamó la atención se ubicaba justo frente a la cama.-¡Esto es increíble!.-
Logan dejó la botella de champán sobre la mesa de luz, mientras sonreía por mi cara de incredulidad.
Se acercó a mi por detrás, abrazándome y dejando besos en mi cuello. -No te imaginas lo feliz que soy sabiendo que eres mi esposa, no puedo pedirle más nada a la vida en este momento.-
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En tus ojos - Logan Sargeant/Carlos Sainz
Fanfiction¿Hasta qué punto permitirías que te lastimen? ¿Cuánto estás dispuesto a sufrir?