una ayuda sin mala intención

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Jihoon contaba cada billete mientras Junkyu sollozaba en un rincón de la habitación. Se abrazaba a sí mismo buscando consuelo y tan asustado de lo que acababa de suceder. Su único abrigo era una mantita con manchas de su propia sangre.

- Mira todo lo que me hiciste ganar. - habló cuando terminó de contar. - ¿Antes querías trabajar para aportar algo a esta casa, no? Mírate ahora, aportas casi tanto como yo.

- ¿Cómo pudiste dejar que me hicieran esto...? - susurró entre dientes.

- Ya deja de llorar y dramatizar. - respondió, tomando otro trago a su cerveza. - Lo único para lo que sirves y vaya que se te gana bien. Una maldita zorra como tú debería de sentirse halagado de que se hayan fijado en ti y que hayan pagado tanto.

Junkyu arrastró sus piernas contra su pecho y se abrazó a sí mismo.

Se sentía tan sucio y usado, se sentía insignificante, como si no valiera nada, pero sobre todo, se sentía impotente. Sólo viendo como a Jihoon realmente no le importaba lo que acababa de pasar, sabiendo ahora que volvería a suceder. Ni siquiera le importó que lo hicieran en el cuartito de su bebé, que destruyeran la mayoría de las cosas y que corrompieran un lugar de memoria para su único hijo.

- Ya no puedo más... - susurró viendo a sus propias heridas.

Intentó estirarse para recoger el peluche de su bebé, cuando Jihoon lo piso. Se limitó a voltear a verlo.

- Asegúrate de tener la casa impecable cuando regrese. - dijo agachandose a su altura. Sostuvo su barbilla y sonrió de oreja a oreja para él. - Y más te vale cambiar esa cara, nos divertiremos un rato cuando llegue.

- Te odio...

- Es una lástima que pienses así. Porque yo te amo con toda mi alma... además, tú sabes quien soy...

Jihoon jaló su cabellera hasta levantarlo.

- Tú jamás te vas a ir de mi lado Junkyu. Tú vas a ser mío hasta que te mueras....

.

- Buenos días, Haruto. - saludó Doyoung al momento de que le abrieran la puerta. - Mi madre mandó algo para ti.

- Hola, Doyoung, pasa. - el japonés se hizo a un lado, dejándolo entrar, para después cerrar la puerta. - Gracias por la comida. No pude dormir muy bien anoche.

- ¿Y eso? ¿Estabas estudiando?

Haruto negó mientras se adelantaba para sacar platos para ambos.

- Jihoon hizo una fiesta o algo en su casa. Toda la noche escuché risas y cosas rompiéndose... insultos y demás. Incluso... - se quedó callado por un par de segundos mientras meditaba bien lo que iba a decir, después negó para sí mismo. - Olvídalo. Sólo hubo mucho ruido.

- ¿Qué es lo que ibas a decir? Anda, puedes decírmelo.

- Nada, no es importante.

- ¿Qué? ¿Acaso escuchaste que tu vecino es un semental después de que terminó su reunión?

Y simplemente empezó a reír.

Pero Haruto en ese momento tubo otro pensamiento del que incluso se sintió mal de pensar.

Volteó a aquella casa, mirando por la ventana de la suya, viendo al omega pasar por el jardín, completamente cubierto, algo que era completamente normal en él, pero que en ese momento le causó un escalofrío.

Gone - [HaruKyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora