Gone - [HaruKyu]

un refugio

Junkyu despertó por la mañana en brazos de quien en toda la noche no había pegado el ojo por cuidarlo de sus habituales pesadillas y abrigandolo del frío de la noche.

Levantó la mirada sin soltarlo.

El japonés veía su computadora mientras terminaba de realizar una compra en línea, después entrando a otra pestaña donde descargó tres boletos de avión para un aeropuerto privado en Fukuoka.

¿Acaso era ahí a donde iban?

De repente sintió un par de palmaditas en la espalda. Parecía como si Haruto lo estuviera arrullando. Tal vez aún no se daba cuenta de que ya estaba despierto.

Fue ahí cuando cayó en cuenta de que el menor lo estaba abrazando, pero que él abrazaba a su osito, no a este.

Extrañamente no se sentía incómodo en sus brazos, ni sentía miedo o inseguridad. Se sentía a asalvo con él abrazándolo.

Se acomodó en él y volvió a cerrar los ojos, recibiendo nuevas palmaditas que lo arrullaron poco a poco hasta que se quedó completamente dormido nuevamente.

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— Tenemos que sacarlo sin que nadie se entere. — recalcó Haruto dando vueltas de un lado para otro.

— Revisan los carros que salen, pero no los que entran. — interrumpió Jeongwoo. — Sólo tenemos que ocultarlo bien.

— No voy a meter a Junkyu en la cajuela si esa es tu idea. Le aterran los lugares oscuros, no lo va a soportar.

— No me refería a eso, tal vez podamos confundirlo con alguien más, disfrazarlo o algo..
O...

En ese momento ambos voltearon a donde Doyoung le mostraba a Junkyu como hacer pulceritas para que pudiera entretenerse en algo cuando estaba sólito.

— ¿Cuál es tu color favorito? — preguntó Doyoung, dándole conpleta libertad de elegir alguna de las piedritas que había llevado.

El mayor tomó una de color negro con manchitas rosas.

— Esa es linda. — halagó. — Ahora, sólo tienes que meterla en la aguja con el hilo...

Junkyu la metió con las manos temblorosas y dejó que cayera hasta el nudo al final del hilo.

— ¡Lo hiciste genial! — dijo dándole ánimos. — Ahira mete otra. La que tú quieras. Puedes usar lo que más te guste.

Junkyu sintió un poco más de confianza, tomando otra más para seguir haciendo su pulcerita.

Los dos alfas regresaron la mirada entre ellos mismos, dándose a entender el uno al otro que tenían la misma idea.

Ambos, Doyoung y Junkyu, se parecían un poco físicamente.

Era una idea completamente loca, pero era lo único que se les ocurría.

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Haruto empezó a sacar un montón de papeles y cosas que realmente no le servían y que sólo guardaba por cualquier cosa.

— Te vamos a sacar a ti por ambos lados durante todo el día. Irás en el asiento delantero y te vas a cubrir lo más posible. — explicaba Jeongwoo mientras que con maquillaje y exceso de sombras, resaltaba en Doyoung algunos de los moretones que serían imposibles de cubrir en Junkyu aún con el disfraz. — Lo haremos cuantas veces sean necesarias hasta que dejen de revisar el carro. Cuando dejen de hacerlo, será el turno de Junkyu.