"todo estará bien"

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Sin saber qué hacer ni tener otras opciones, llamó a Doyoung y Jeongwoo, quienes eran los únicos que podían ayudarle en ese momento.

Haruto se ocupaba de las heridas de Junkyu, mientras que Jeongwoo, al ser dos semestres más arriba que Haruto, realizaba un chequeo general y buscaba otras alternativas a procesos que sólo podían realizarse en un hospital.

— Gracias... — susurró Junkyu ligeramente adolorido.

— No tienes nada que agradecer. — respondió el japonés, cubriendo se mano nuevamente con la sudadera que le había prestado. — Mañana volveré a revisar tus heridas. La mayoría son muy graves, así que tendré que revisarlas constantemente.

— Te lo agradezco mucho... pero la lluvia ya paró. — respondió el omega. — Debo irme... Él debe de estar buscándome y si me encuentra aquí...

— Si te llegara a encontrar aquí, tendría que pasar antes. Y no lo voy a permitir. — dijo sobando su hombro. — Tranquilo, nosotros te vamos a ayudar.

¿Hace cuanto que le pedía a Dios esas palabras de alguien sincero?

Junkyu asintió con los ojos llenos de lágrimas. Lágrimas de profunda felicidad y paz.

Doyoung llegó con un plato de comida y algo calientito de tomar.

Jeongwoo acercó una mesilla y pudieron la charola encima.

— ¿Tienes hambre? — preguntó entregándole la cuchara.

Junkyu asintió mientras la tomaba.

Doyoung se sentó a su lado, mientras que los dos alfas se alejaban un poco para discutir la situación del omega.

— Descarto huesos rotos, tiene hematomas muy graves, no creo que haya hemorragia interna, pero debería de estar en absoluto reposo, además de empezar a comer bien. — dijo Jeongwoo para después voltear a verlo. — ¿Cuánto tiempo lleva sin comer? Está demasiado delgado y pálido... empiezo a creer que puede tratarse de una anemia algo avanzada.

— Yo también lo creo. — reafirmó Haruto mientras revisaba sus anotaciones.

— Necesita un doctor para la medicación... pero será difícil conseguir uno que no te ga contacto con la policía. Incluso nuestros maestros son descartados en esa condición

Doyoung lo veía comer. Parecía que no hubiera comido en días. Sus manos temblaban con cada bocado, como si fuera el último que fuera a dar en mucho tiempo. Veía cada uno de sus golpes, debían de ser muy dolorosos, ni siquiera se imaginaba lo que este podría estar sintiendo. Sin mencionar el gran miedo que su aura desprendía.

— ¿Te gusta?

— S-si... gracias... — respondió dando otro bocado más.

En un momento, una gota de aquella sopa cayó a la sábana. Junkyu volteó a Doyoung, lleno de miedo sus ojos empezaron a lagrimear, y el más joven actuó rápido.

— No pasa nada. — dijo intentando animarlo. — Está bien, ¿si?

Tomó una servilleta y limpió la mancha.

— Lo siento mucho... de verdad lo siento... — dijo empezando a disculparse.

— No es nada. Es normal si comes en la cama. — dijo Haruto acercándose a ambos junto a su compañero. — No tienes que disculparte.

Junkyu asintió un poco más tranquilo.

— Ya quedó. — dijo Doyoung, terminando de limpiar. — Puedes seguir comiendo.

— Ya... ya no tengo hambre...

Doyoung sobó su espalda y retiró la mesita.

— Deberías de dormir un poco. — dijo el japonés. — Buscaré a un doctor para que te atienda lo más pronto posible.

— No... no, por favor, no lo hagas... — dijo inmediatamente ante lo dicho. Jeongwoo se acercó al verlo alterado e intentó calmarlo, sobando su hombro y haciendo que se acostara nuevamente. — te lo suplico, no lo hagas...

— No voy a llamar a cualquier doctor. — dijo Haruto intentando calmarlo también. — Es un conocido mío. Te prometo que nada malo va a pasar. Pero necesito que alguien te revise. Yo no puedo darte un diagnóstico exacto y necesito que alguien te revise bien, tienes hematomas muy graves que no podemos atender.

— Confía en él. — dijo Doyoung. — Es una buena persona, lo único que queremos es ayudarte.

Pero Junkyu seguía sintiendo tanto miedo, ni siquiera estaba seguro ya de poder quedarse ahí. En su mente sólo pasaba aquel escenario donde Jihoon lo encontraría y seguramente lo volvería a golpear hasta casi matarlo, si no es que lo mataría a golpes.

— E-está bien...

Haruto asintió, yendo hacia su armario por un abrigo mientras pedía un taxi desde su teléfono.

Jeongwoo lo siguió y Doyoung también, prometiendole a Junkyu que regresaría pronto.

— Haruto, ¿con quién se supone que irás? — preguntó Jeongwoo en un susurro.

— Con el doctor Kang Daesung.

Kang Daesung era un médico reconocido por haberse retirado hace mucho tiempo de ese negocio para el público. Actualmente se dedicaba a atender a familias millonarias o de gente peligrosa que le pagaba millones por una consulta, de ahí en fuera, nadie siquiera recordaba su rostro.

— ¿Te volviste loco? ¿Kang Daesung?

— El papá de Haruto es narcotraficante. — susurró Doyoung, justificando la idea de su amigo.

El moreno volteó sorprendido hacia su amigo.

— ¿No dijiste que tu papá había muerto?

— Porque para mí lo hizo. — respondió mientras se ponía su abrigo. — Para mí está muerto. Me niego a formar parte de su maldito imperio. Pero en ocasiones puedo sacar provecho de eso.

.

Doyoung se quedó toda la noche cuidando de Junkyu mientras hacía algunos deberes.

Constantemente Junkyu despertaba de pesadillas, gritaba que lo soltara y que no volvería a intentar huir. Doyoung iba en aquellos momentos y lo despertaba de su pesadilla, teniendo bastante cuidado en como lo abrazaba, por sus heridas en casi todo su cuerpo.

— No te disculpes por llorar, — decía Doyoung sobando su espalda. — llora todo lo que quieras. Si ese animal se atreve a buscarte aquí, va a tener que pasar encima de mí.

— Tú no lo conoces... — susurró con la mirada perdida. — Tú no sabes de lo que es capaz...

Doyoung podía sentir el miedo de Junkyu, ¿qué fue todo lo que vivió con ese monstruo como para que no pudiera ni dormir? Como para que todos sus sueños fueran un recuerdo de él, que su miedo se materializara en lágrimas cada vez que escuchaba un sólo ruido, que pidiera perdón por cada mínima cosa, incluso si no era su culpa, como el accidente de la sopa o cada que lloraba y se distraía de sus deberes para consolarlo.

— Todo va a estar bien... — susurró al verlo quedarse dormido. Era cuestión de minutos para que volviera a tener otra pesadilla, pero estaba bien, no le molestaba consolarlo ni darle palabras de confort.

Gone - [HaruKyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora