"ayúdame"

689 83 14
                                    

Jihoon lo soltó al llegar a la cocina. Junkyu intentó levantarse mientras este pasaba a tomar una botella.

— No sé por qué lo sigues intentando. — dijo tomando un vaso limpio para servirse un trago. — ¿Qué quieres probar? ¿Cuánto te gusta que te haga todo esto?

Junkyu sólo veía a la puerta abierta. Si tan sólo pudiera levantarse.

Jihoon regresó con él, se agachó, tomándolo de la cabellera empezó a arrastrarlo hasta aquella habitación.

— Esta es la única manera en la que entiendes, ¿no?

Junkyu negaba, suplicandole que lo soltara y que haría lo que dijera. Sostenía su mano de la que lo jalaba para que el dolor fuera menos, además de sentir como ya se llevaba un par de cabellos suyos.

— ¡Jihoon, te lo suplico,  me duele mucho! — gritó. — ¡Te juro que se hará lo que tú digas, no voy a volver a contradecirte, te lo juro!

Pero el alfa sólo lo imitaba con voz chillona y en burla.

— Tengo que enseñarte a respetar por las malas, al parecer. — dijo dándole un jalón más hasta que llegaron.

Cuando llegó, lo metió, dándole una patada en el acto, haciéndolo arquear la espalda de dolor.

Jihoon empezó a quitarse el cinturón mientras lo veía arrastrarse hacia el interior de la habitación, intentando huir.

— ¿A dónde vas, mi amor? — preguntó con falsa dulzura mientras no podía evitar burlarse de lo que veía.

Se desabrochó el pantalón y finalmente se subió encima de él, metiéndole otro golpe para que dejara de moverse.

— ¡Por favor, no! ¡Sueltame! — gritó intentando quitárselo de encima.

— ¡¿Crees que mi importa lo que tú quieras?! — gritó escupiendole en el rostro. — ¡Tú para mí no vales nada!

Jihoon empezó a besarlo mientras lo escuchaba llorar y seguir suplicando por quelo soltara. Mordió su cuello y clavículas, así como sus labios mientras empezaba a quitarle la ropa.

En ese momento algo más lo interrumpió.

Una de las ratas lo mordió en el tobillo, y otra estaba sobre su espalda.

Junkyu aprovechó aquella distracción y tomó un palo de madera, con el que alguna vez lo golpeó, y se lo reventó en la cabeza, logrando quitárselo de encima.

Jihoon cayó aturdido por aquello, intentando reponerse, pero era casi imposible. El golpe fue demasiado fuerte, no podía levantarse.

Y aún con miedo y agonizando de dolor, Junkyu se levantó y caminó hasta la puerta de la habitación, cerrandola con la llave en la cerradura.

El alfa logró levantarse aún mareado y llegó hasta la puerta, intentando abrirla, pero fue inútil. Junkyu ya la había cerrado.

— ¡Abre, maldita sea!

Y la puerta comenzó a ser golpeada con tal brutalidad que iba aumentando conforme se reponia, reconfortandose con la rabia que sentía.

— ¡¿Qué crees que estás haciendo?!

Logró romper la puerta, sacando la mano. Junkyu le rompió un jarrón en el brazo y sin pensarlo dos veces empezó a correr lo más rápido que pudo hacia la puerta de la casa.

Después de más de medio año, estaba fuera otra vez.

Podía escuchar los gritos del alfa y como destrozaba la puerta mientras lo amenazaba.

Desesperado miraba a todas partes, la lluvia lo volvía difícil. No tenía ni idea de a donde ir o qué hacer, hasta ver una casa con las luces encendidas, la más cercana, pero la más probable de abrirle.

Fue hacia ella, tocando con desesperación.

— ¡Por favor, ayúdenme! — gritó entre lágrimas, antes de escuchar como una puerta era derribada en su casa. — ¡Por favor! ¡Por favor!

Ni siquiera tuvo que esperar tanto, cuando le abrieron la puerta. Inmediatamente cayó de rodillas, suplicando la ayuda de quien le abrió.

— Por favor... déjame pasar, te lo suplico... ayúdame... — pidió en súplicas juntando ambas manos.

El más joven estaba atónito al verlo. Parecía que hubiera escapado de un intento de asesinato, esos golpes eran tan brutales que le sorprendía que pudiera estar en pie.

— ¿Qué fue lo que le pasó? — preguntó abriendo más la puerta para que pudiera entrar.

Sin pensarlo dos veces, Haruto lo dejó entrar, cerrando la puerta detrás suyo.

Lo sostuvo al verlo con un severo dolor en la espalda y la pierna izquierda.

— Tengo que llamar a una ambulancia... — dijo guiandolo hasta su habitación para recostarlo.

— ¡No! — protestó el otro, deteniéndose. — Por favor, no le digas a nadie que estoy aquí... si él se entera me va a matar, te lo suplico...

Y ahora podía ver ese miedo del que Doyoung hablaba. Ni siquiera hizo falta preguntar a quien se refería, lo sabía, por supuesto que lo sabía.

— Por favor... no le digas a nadie... me va a matar...

— Nadie le va a hacer nada. — respondió. — Yo mismo lo voy a curar. Tranquilo, todo estará bien.

.

Jihoon salió de su casa con la cabeza ensangrentada. Miró hacia todas partes buscándolo, pero no lo encontraba. Sabía que con lo herido que estaba no podría haber ido lejos, pero ¿en dónde se había metido ahora?

No tenía dinero como para haber tomado un taxi o pedir un aventón, además de que no pasaban taxis con esas condiciones climáticas.

Sacó las llaves de su camioneta y se subió a ella para llamar a sus compañeros e iniciar una búsqueda. Su mina de oro no se iba a ir tan lejos.

— Tú vas a ser mío hasta que yo lo decida... — susurró mientras veía a una foto juntos de cuando empezaron a andar.

Desde que lo conoció, estaba seguro de que jamás lo dejaría ir vivo de su lado.

Gone - [HaruKyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora