una oportunidad de escapar

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Junkyu se levantó al baño en medio de la noche. Se sentía cansado a pesar de haber descansado toda la tarde. No tenía idea si era el embarazo o alguna otra cosa.

Se miró al espejo, sintiendo en ese momento una enorme necesidad de ver a Junghwan.

Salió del baño, viendo un par de huellas y la chaqueta de Jihoon tirada afuera del cuarto de su hijo.

Se apresuró entonces a ir y al entrar lo vio encima de su hijo mientras este lloraba en silencio.

— ¡Maldito asqueroso! — gritó apurandose a quitárselo de encima.

Junghwan empezó a llorar más fuerte mientras se hacía bolita sobre la cama, abrazando su peluche.

— ¡¿Qué crees que estás haciendo, maldito enfermo?! ¡Ni se te ocurra ponerle una mano encima a mí hijo!

— ¡Ese mocoso ni siquiera es tu hijo! — respondió con la mirada perdida, aún borracho y con el pantalón desabrochado. — ¿Qué se supone que haga de todas formas? Tú no me das sexo porque estás embarazado y una puta no me satisface... ¡Es tu culpa por no atenderme como merezco!

— ¡No me vengas con eso, infeliz! ¡Eres un asqueroso, un maldito enfermo! ¡No te atrevas a volver a tocar a mi hijo!

— ¡¿Y si lo hago, qué?! — retó desvergonzado y en burla mientras recogía sus cosas. — ¿Qué vas a hacer Junkyu? ¿Vas a gritarme? ¿Vas a llorar? Oh, ya sé, no me vas a hacer el desayuno... ¡ohh! ¡que dolor siento! — respondió mientras empezaba a reírse.

— ¡Si te atreves a tocar a mi hijo, te mato, imbecil!

Eso le borró por completo la sonrisa a Jihoon.

Junkyu se mantuvo firme ante lo dicho.

— ¡Ja! — dijo volviendo a burlarse. — ¿Tú me vas a matar a mí? No me hagas reír. No lo hiciste cuando maté a tu hijo, ¿y ahora lo harás por un mocoso que ni siquiera es tuyo? ¿Dónde está tu moral de madre, eh?

— Ríete todo lo que quieras, pero te juro que si vuelves a tocar a mi hijo, te mato, ¿lo entendió tu diminuto cerebro? ¿O es que incluso tu cerebro es más pequeño que tu pene? Eso explicaría porque es lo único que usas.

— ¡Jódete, zorra!

Jihoon se fue, azotando la puerta y cerrandola con llave.

Junkyu se volteó inmediatamente a su hijo y lo abrazó, revisandolo.

— ¿Estás bien, mi amor? — preguntó. — ¿Te hizo algo ese infeliz? Mi amor, por favor...

Junghwan negó mientras lloraba y se aferraba a Junkyu.

— No me dejes sólo, mamá... por favor... — pidió entre lloriqueos.

Junkyu negó mientras sobaba su espalda.

— No te voy a dejar solo, mi niño... aquí estoy para cuidarte. — respondió besando su frente.

Ahora más que nunca tenía que encontrar la forma de huir. Desde un principio era peligroso estar ahí, pero ahora ya no le importaba lo que pasara con él, le importaba Junghwan, y que no podía dejar que si quiera volviera a acercarsele.

.

— Sin noticias, jefe. — dijo uno de sus hombres, entregando el saqueo que habían hecho a aquella zona en la que buscaron a Junkyu. — Como lo ordenó, la familia del sujeto está muerta y aquí está la paga.

Haruto vio como aquel hombre agachaba la cabeza al escuchar que su familia estaba muerta. Sonrió al verlo llorar y gritar de impotencia.

Gone - [HaruKyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora