la luz de las estrellas

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Después de llevarlo a a quel ligar, Haruto regresó e hizo dos viajes más con Doyoung, para fingir como habían sido las cosas.

Junkyu fue cuidado por la abuela de Doyoung, quien le dio de comer y lo ayudó a darse un baño relajante con algunas especias.

Por la noche le dio de cenar comida deliciosa de a montones, dejándolo que eligiera que quería comer y cuanto quisiera agarrar, aunque para este punto aún no comía la gran cosa.

Después de un rato llegó Doyoung, haciéndole compañía, mientras que Haruto tuvo que regresar para asegurarse de no dejar ninguna pista sobre que Junkyu estuvo ahí alguna vez.

Cuando todo estuvo listo, ambos salieron de la casa.

— Ya es bastante tarde. Te dejo en tu casa y me voy con él. — dijo Haruto mientras se ponía una chamarra.

— ¿Aún irás? — preguntó incrédulo. — Es muy peligroso.

— Se lo prometí. — respondió sin dudarlo. — Le prometí que iba a regresar, así que lo haré.

.

Haruto llegó pasando la media noche. Todos dormían, menos Doyoung, quien se había quedado esperándolo ya que Junkyu no quería dormir, insistiendo en que Haruto le había prometido regresar y que quería esperarlo, pero el sueño lo venció antes de que pudiera pasar.

Haruto pasó directo a la habitación donde Junkyu dormía abrazando su osito.

Se sentó a su lado, arropandolo, pero asustandolo a la vez con su contacto.

— Lo siento, — se disculpó. — no quise despertarte, ¿estás bien?

Junkyu asintió, sentándose sobre la cama mientras tallaba sus ojos.

— Aquí no te va a buscar. Es la casa más retirada de la ciudad, no hay ninguna otra cerca, así que es difícil que te encuentre por acá. — dijo Haruto viéndolo acomodar la cama. — De todas maneras, tal vez lo mejor sería que no salieras mucho. Puedes ir al jardín, hay una gran cerca y un techo con una mesita.

Junkyu lo escuchaba mientras acomodaba su propio lugar para volver a dormir. Desvió la mirada por un momento para tomar otra almohada, cuando de repente vio por la ventana lo que para él fue lo más hermoso que pudo ver en tanto tiempo.

Se levantó, haciendo a Haruto callar para poner atención en sus acciones.

Caminó hasta la ventana y después de todos esos años de encierro, pudo volver a ver las estrellas y una bella luna llena.

Juraba que incluso había olvidado como eran.

— ¿Quieres verlas en el jardín? — propuso el japonés.

— ¿De verdad puedo hacerlo? — preguntó con gran ilusión volteando a verlo.

— Claro. — respondió levantándose de su lugar. — Vamos.

.

Cuando llegaron a la puerta en el jardín, Junkyu se quedó parado justo ahí mismo mientras miraba al césped.

Apretaba sus dedos de los pies con miedo.

"No vas a volver a salir nunca. Si te vuelvo a ver fuera, lo que te hice hoy no va a ser nada con lo que te haré si me desobedeces."

Gone - [HaruKyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora