sobre tu paradero

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— Quiero que mi hijo esté listo para mañana a las 8 en punto. Tengo una firma muy importante y tiene que venir conmigo. — habló Jihoon mientras firmaba un cheque con la paga correspondiente a esa semana.

— Como usted lo ordene, Señor. — respondió la mujer encargada de cuidar del pequeño. — Junghwan se acaba de acostar, ¿quiere verlo?

— ¿Para qué quisiera hacerlo? Limítate a cumplir con tus responsabilidades y no te metas donde no te lleman.

La mujer se disculpó haciendo una reverencia y Jihoon finalmente se fue.

Llegó a la que ahora era su casa y tomó una copa, sirviéndose un trago.

Ya se cumplían exactamente 2 años de que Junkyu logró huir de él. No tenía ningún rastro, aún cuando la vigilancia había aumentado.

— ¿Dónde te metiste, mi amor? — susurró mirando su foto al lado suyo. — ¿Me extrañas tanto como yo a ti? Ya tengo a un mocoso que estarás encantado de cuidar, bebé. Era lo que tanto querías, ¿no?

Miraba con especial atención al segundo piso. Nunca había subido hacia allá, realmente lo único que hacía era llegar a dormir ahí, después se iba y, bueno, realmente no estaba mucho ahí.

Se acercó a las escaleras para tomar asiento sobre ellas cuando algo llamó su atención.

Ese aroma...

No, no puede ser... lleva viviendo ahí 2 años, es imposible.

Era algo realmente leve, casi sin poder ser percibido, y tal vez nunca lo había notado porque siempre estaba ebrio.

Pero si lo buscaron ahí y nunca lo encontraron. Las cámaras jamás captaron a Haruto salir con él, siempre salía con Doyoung solamente, incluso cuando empezó a mudarse.

Sin poder evitar sus impulsos, subió, sintiendo ese olor tenue, intensificarse con cada paso.

Fue guiado hasta una habitación parcialmente vacía. Apenas dos muebles viejos estaban ahí, que eran suyos realmente, pero que habían subido sus hombres cuando se mudó, tras no tener espacio para ellos abajo y la falta de necesidad que tenía de ellos.

No entendía por qué podía olerlo. No había nada ahí.

Pero sobre todo, no entendía por qué exactamente el aroma de Junkyu estaba ahí si jamás lo encontró aquí cuando lo buscó.

Entró a la habitación para revisar alguno de los muebles. Tal vez alguna de sus pertenencias seguían ahí. Algunas de las cosas de Junkyu seguían conservando su aroma después de todo.

No había nada, pero el aroma seguía ahí.

Y no fue hasta que desvió la mirada hacia la puerta del baño de la habitación.

Un pequeño brillo reflejaba desde debajo de un mueble, que no era suyo, sino que el japonés dejó.

Se acercó y se agachó para ver qué era eso.

Al alcanzar a ver lo que producía tal brillo, lo sacó.

El par de la calcetita que Junkyu había hecho para su bebé.

"¿Qué se supone que estás haciendo? Tienes 19 años, no eres una abuela para estar tejiendo."

"Yo... quería hacer algo para nuestro bebé... — tartamudeo, alzando la calcetita que iba a la mitad. — ¿T-te gusta?"

"Es patético. Igual que tú. Deja de perder el tiempo y atiendeme, tengo hambre. Sácame los zapatos y quiero un masaje. ¡Rápido!"

Gone - [HaruKyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora