C u a r e n t a y S i e t e

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El alcohol comenzaba a hacer de las suyas, el beso comenzaba a intensificarse, ambos mantenían los ojos cerrados, dejándose llevar por la adrenalina del momento, sus mentes habían guardado la cordura en un cajón lejano a sus sentidos.

Se encargó de cerrar el automóvil, aún permanecía Dahyun debajo de él, consumiéndose por aquel beso pasional.

Había pasado un largo tiempo desde que Jeon, había estado con alguien, los besos y caricias seguían subiendo de tono, robándole pequeños jadeos, la ira se había convertido en un deseo indescriptible, con forme la adrenalina subía, el alcohol hacía de las suyas.

Abrió suavemente los ojos, para ver a la castaña debajo de él, consumida por el mismo deseo que él, los vidrios estaba empañados, Dahyun, no perdió tiempo y jalo el cabello del joven, volviendo a robarle pequeños suspiros, Jung Kook bajo suavemente la mano para recorrer aquellas piernas de porcelana, y en segundos todos aquellos destellos de deseo, se evaporaron por completo,

Ahí estaba ella, debajo de él.

Con su cabello largo cubriendo su rostro, dejando ver aquellos labios que tanto le gustaba morder. Paro por completo, no era verdad. Ella no estaba más.

Aquellos ojos que lo veían con tanto deseo, no eran los de ella.

Todo se tornó difuso, aún seguía viéndola. Sus ojos permanecían ahí. De pronto comenzó a escuchar el sonido de sus besos, de su risa y fue entonces, que entendió.

Que aún seguía ahí, muy adentro de él.

Dahyun se incorporó en sus hombros viéndolo con confusión, el semblante del joven había cambiado por completo. Se levantó de golpe, dejándola en el asiento de atrás.

Había pasado tanto tiempo omitiendo todo, que se dejó llevar por un deseo que no podía evitar, era humano. También sentía atracción, era evidente que Dahyun le gustaba, le atraía. Era preciosa, sus ocurrencias lo tenían atrapado, su rebeldía y su torpe forma de sacar a relucir todo.

Pero, Hyeon seguía en su corazón y su mente. No podía hacerle eso a ella, ni mucho menos a la hermana de Yoongi, no quería cagarla más. Por caliente se había metido en una zanja, y no quería indagar más a profundidad. No podía ser una escoria más.

Se colocó en el asiento, dispuesto a dejarla en su casa. No podía cometer más errores, y hoy el alcohol le había dado el valor de los instintos que estuvo reprimiendo. Aún estaba demasiado reciente todo, no podía seguir utilizando a las personas, no a ella.

La próxima persona que eligiera, sería la que compartiría su vida y su mejor versión, no necesitaba arruinar más personas por un deseo carnal.

Encendió el auto, ninguno de los dos emitió ningún sonido, pero sabía que ella estaba furiosa en la parte de atrás, no quería alejarla pero tampoco podía retenerla.

Un fuerte suspiro salió de él, no podía hablarle de ella. Aún no, no podía prometerle un futuro, ni siquiera él; podía prometerse un futuro estable.

El auto se detuvo, el semáforo estaba en color rojo. Aprovecho para pasarse al asiento de enfrente, aún sin decir ninguna palabra. Su silencio decía más que sus palabras.

La había cagado, y ahora no podía remediar sus ataques de impulsividad ni mucho menos sus intentos de celos.

—Puedes dejarme aquí, no hace falta que me lleves a casa. —Soltó en susurro, Dubu ni siquiera lo veía. Mantenía la vista en la ventana.

No sabía que decirle, y disculparse no era una opción. Como siempre sus arranques de impulsividad salían en los peores momentos.

Y sabía perfectamente que después de esto, la alejaría más de lo que ya estaba. ¿Qué debía hacer? No podía ilusionarla con algo que aún no sabía si podía darle.

Oscuro Deseo|Min Yoongi «+18»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora