Cincuenta y C i n c o| Sin retorno

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A pesar de toda la oscuridad que los perseguía, tenían la esperanza de encontrar la luz que iluminará el camino entre tantas mentiras. Persistían en encontrar la verdad de todo este infierno.

Aún se mantenían en alerta de lo que pudiera pasar, estaban caminando en un terreno desconocido. No conocían a ciencia cierta quién estaba detrás de todo esto. Aún con pistas pequeñas que no eran claras, solo simples sospechosos.

Creía fielmente que encontrarían las respuestas que han buscado durante tantos años. Min Yoongi seguía negándose a creer lo que tenía enfrente de sus ojos.

Aún se encontraban en negación. Había compartido tantos años de amistad, no solo eso... había una hermandad muy grande entre ellos. ¿Por qué había hecho tanto daño? No lo entendía, no había claridad en esa incógnita.

Esa pregunta seguía formulándose en su mente.

El silencio en el que se encontraban estaba acabando con su poca estabilidad emocional. Y sus pensamientos no ayudaban para nada.

—¿Seguirás defendiéndolo? —Jin estaba conduciendo. Ni siquiera prestaba atención a lo que ocurría a su alrededor.

Todo seguía en mi mente y en esa jodida fotografía que seguía marcada en cada parte de mi cerebro preguntándose el porqué de algo que no podía obtener respuesta.

No había dormido para nada, estaba completamente sobreviviendo con pura cafeína, en cualquier momento caería en un coma de sueño. Pero no ahora. Podía permitirse dormir si antes encontrarlo.

Aterrizaron horas atrás en Seúl, el sospechoso que él había tenido era una cortina de humo. Jamás fue él.

Siempre estuvo enfrente de sus narices y jamás lo imagino.

Ahora mismo se dirigían hasta el lugar en donde enfrentarían a Jung Hoseok. Ni siquiera sabía lo que le esperaba.

—Llévame con él. —Espetó de mala gana. —Necesito saber la verdad, Jin. —Insistió, moviéndose en su asiento.

—Lo haré, pero por ahora necesitas descansar. —Negó. —Pareces un demente con ese rostro. Tienes unas ojeras del tamaño de toda Asia. —Bromeó. —Antes de enfrentarlo, tenemos que tener un plan. —Murmuró cansado. —Y estar listos para lo que pudiera pasar. —Explicó.

Parecía un completo suicidio, un interno recién salido del psiquiátrico y un Abogado con rostro mafioso. Vaya equipo que tenía.

Pero no podía hacer nada, no puede exponerse de esa manera. Habían regresado a Corea después de tres años nada era lo mismo, no podía confiar en nadie en este momento ni mucho menos decir sus próximos movimientos.

—No tengo sueño, así que haz lo que te digo. —Intentó mover el volante haciéndolo recapacitar. Sin embargo Jin le dio una paliza para que se mantuviera quieto. Aún llevaba el brazalete del hospital y su maldita pijama de ratas blancas.

¿Qué eran?

Algún tipo de ¿Escuadrón suicida? Joder, parecía una escena de animación. Dos tipos desubicados peleándose en medio de la carretera a plena luz del día.

—Y yo te dije que no. —Negó. —Por supuesto que se cómo te sientes, lo mismo sentí cuándo me enteré que Sora estaba muerta. —Soltó. —Pero, ahora buscaremos el responsable de toda esta mierda, solo espera un poco más. Pareciera que el maniático  aquí, eres tú y no yo. —Típico comentario estúpido, antes de tocar temas sensibles.

Estaciono la unidad en una casa poco convencional en donde parecía de una dudosa procedencia. ¿Qué hacían aquí?

—Jin.. —Masculló observando el lugar. — ¿Qué mierda es esto? —Cuestiono desubicado observando la choza que estaba frente del auto.

Oscuro Deseo|Min Yoongi «+18»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora